Algunos jugadores están planteando un auténtico pulso al proyecto de Xavi Hernández. Pese a la victoria ante el Valencia (4-2), es una evidencia que jugando contra 10 y teniendo pelotas tan fáciles de rematar, hubiera sido un escándalo que, a modo de ejemplo, Robert Levandowski no hubiera metido dos de los tres goles que tuvo ante los morros en la portería rival. Pero sorprenden los detalles y es muy interesante fijarse en ellos para saber quién está a favor de la continuidad de Xavi y quién no.
Como ya expliqué en esta columna la semana pasada, la autogestión de las vacas sagradas ha sido la tónica habitual, desde enero, cuando el jugador polaco organizó una comida en su casa con todo el vestuario. Ellos saben muy bien que, aunque no representen la totalidad del grupo, pueden hacer tumbar a un técnico si se lo plantean. Pero también hay que priorizar los intereses personales y saber valorar los tempos de cada momento.
Es una evidencia que los más jóvenes, liderados por Lamine Yamal, Pau Cubarsí y Fermín, están a favor del de Terrassa. Como también lo están un Pedri en horas bajas, un Sergi Roberto capitán y un Gavi pendiente de recuperación. Pero sabemos que un equipo se construye a partir de la diversidad y estos perfiles se deben completar con otros más experimentados.
De entrada, debemos diferenciar las vacas sagradas que lo son por méritos de las que solamente lo siguen siendo por lo que cobran. Ter Stegen cumple ambos requisitos y es uno de los más críticos con el míster. Dejarse meter goles sería demasiado evidente, pero la actitud que mostró ayer con el primer gol del Valencia fue imperdonable, de un ausentismo increíble. Al otro lado de esta representación de jugadores tenemos a Frenkie de Jong, que ni está motivado con el técnico ni tampoco con el club, pero en ningún caso su sueldo equivale al rendimiento que él aporta. Y en estos perfiles más reacios hacia el entrenador, pero cuestionados por su aportación futbolística, encontramos a Christensen, Joao Cancelo o Joao Félix. En todos ellos radica el gran problema del club actual.
Y los terceros en discordia que pueden ser decisivos para equilibrar la balanza hacia un lado u otro son dos nombres propios: Robert Lewandoswki e Ilkay Gündogan, 35 y 33 años respectivamente y ambos pendientes de celebrar sus aniversarios este mismo 2024. La edad no es un tema menor a tener en cuenta. Están al final de sus carreras, insisten en que se sienten muy cómodos en la ciudad y, pese a ser muy críticos con Xavi, sus prioridades personales pueden convencerlos para dar una segunda oportunidad al proyecto que defiende el Barcelona.
Aunque todo el mundo sabe que ambos estaban a favor, como Ter Stegen y De Jong, del fichaje de Hansi Flick. Dependiendo de sus criterios, la respuesta que tenga en el mercado toda la chatarra de jugadores que el club pueda colocar y saber mantener la segunda plaza en Liga esta temporada, el proyecto de Xavi alargará, más o menos, su vida.