El modelo Barça es (casi) único e intransferible. Tácticamente, el equipo ha evolucionado en los últimos años. Los extremos ya no juegan pegados a la banda, sino que lo hacen a pierna cambiada, dirigidos hacia el centro para acercarse al portero rival. El mediocentro es una figura inalterable. Hoy, se buscan futbolistas más físicos que hace 20 años y Sergio Busquets simbolizaba la evolución de una posición que subliminó Pep Guardiola y que contó con Xavi e Iniesta como alumnos aventajados antes de reconvertirse en interiores.

Busquets, hasta hace tres meses, era intocable. Nadie cuestionaba su importancia y su influencia en el juego. “Si me tuviera que reencarnar en un futbolista, elegiría a Sergio”, proclamó Vicente del Bosque en la edad de oro de la selección española. Pep Guardiola apostó muy fuerte cuando nadie daba un euro por él. Tito Vilanova, Gerardo Martino, Luis Enrique y Ernesto Valverde siguieron la corriente. No había motivos para tocar lo que funcionaba.

La buena estrella de Sergio, sin embargo, se apagó en la recta final del curso pasado. Palideció en Anfield y en la final de la Copa del Rey, incapaz de remendar los muchos rotos de un Barça demasiado vulnerable. El futbolista más fiable del equipo empezó a perder balones y sus coberturas llegaban tarde. Él y Jordi Alba retrataron la caída del Barça el pasado mayo.

Busquets y Alba acabaron exhaustos. Sin un recambio de garantías, lo jugaron casi todo. Sin gasolina y mentalmente bloqueados, fueron más problema que solución y el Barça se estrelló en las semifinales de la Champions y en la final de la Copa.

Futbolista diésel por definición, Sergio necesita tiempo para engrasar su maquinaria. Nunca ha sido un jugador de rendimiento inmediato, pero su error en el primer amistoso de pretemporada contra el Chelsea reabrió un debate que podría subir de tono en los próximos meses. El fichaje de De Jong potenciará el centro del campo, pero el holandés es más fiable como interior que como mediocentro. Sergi Roberto es otra opción, pero también es más remedio que solución, a la espera de que progrese Oriol Busquets. Recuperar la mejor versión de Sergio será fundamental para Valverde, técnico bajo sospecha desde el batacazo de Liverpool.