Xavi no lo quería, Mateu tampoco y Joan, más de lo mismo. Pero con el florecimiento del equipo, Ousmane se ha acogido como ha podido a su relanzamiento, su promoción y ha sacado el mejor merchandising posible para irse a otro sitio cobrando la millonada que cobra aquí. Que no nos engañen: cuando consiga el objetivo volverá a ser el Dembelé perezoso, mal educado y fiestero de siempre.

Ahora lo esconde porque los resultados van de cara… Y él también. Realmente, lo que sabe mal de todo, es la previa a este resurgimiento del francés: técnico, director y presidente han quedado mal a los ojos de los otros y los que vengan. Las amenazas se han quedado en papel mojado y ya cuando se vivía la crisis, alertábamos de que si de las palabras a los hechos, las cosas cambiaban… La efectividad de las críticas quedaría diluida e incluso cuestionada… Y así ha sido.

Aun así, hay algo bueno a celebrar. Me comenta un buen jugador de la Premier, exazulgrana, y del cual quiere preservar su anonimato porque así me lo pidió, que en la liga inglesa ha ganado físico: de golpe, “ha descubierto” músculos allí donde no existían. Y que en su etapa de formación, especialmente en la Masia, “mamó” la técnica y la mirada más táctica que también ha heredado Xavi.

Pues bien, resulta que en los últimos tiempos, en el primer equipo no había ni técnica ni físico. Y ahora, el de Terrassa, poco a poco los va convenciendo. Resulta que a Dembelé también le está haciendo una especie de “reinserción social”. Y yo que me alegro. Aunque siga diciendo que, cuando consiga su objetivo, la doctrina Xavi se la borrará automáticamente de la cabeza.