Ok, Messi ya no es el Messi de Guardiola. De acuerdo, falta un auténtico 9 como el Suárez de los primeros años que te remate. También es verdad, Piqué, quizás por el fracaso que sigue cosechando con sus negocios, está más fuera que dentro del campo mientras toca la pelota. Y sí, hace años que el medio campo nadie lo domina como Xavi y el Busquets cortafuegos de tiempos atrás flojea. Todo esto está muy bien. Aunque también podemos hablar que Ansu Fati acaba de despegar, que tenemos a un De Jong que teóricamente era la envidia de todo el mundo o que Sergi Roberto, cuando va con la selección española, demuestra un talento que tiene pero en el Barcelona no acaba de perfilar. Y en todo esto, ¿Koeman dónde queda?

¿Nadie hablará de los pésimos planteamiento tácticos y los horribles cambios que hace? ¿Nadie cuestiona, dentro de este mar de críticas, al míster? A pocos precandidatos les seduce la idea de seguir con él, en pocos meses y con las referencias que acarrea, la mayoría han tenido suficiente para sacárselo de encima mientras agotan sus últimas semanas de campaña de recogida de firmas. Pero lo que todavía es más sorprendente es que sea el mismo Koeman quién salga para recordar, todo engreído, que él tiene un contrato cerrado por dos temporadas.

Lo dije nada más aterrizar, Koeman traerá problemas, no sabe ni se esfuerza para crear equipo, entrenar y ser perseverante. A las pocas horas, "conocidos" del Valencia subscribieron mis palabras en este diario después de sus horripilantes experiencias a su lado. Y en poco tiempo, el holandés cambió los entrenos de mañana por los de tarde.  ¡No sea que madrugue! Pero de momento, aquí nos seguimos cargando a un Messi del que muchos parece ya no tener memoria de la cantidad de partidos que ha salvado él solito. Y Koeman, en paralelo, ver, oír, callar y sobre todo, no trabajar.