En ese ascensor que se ha convertido el ánimo del barcelonismo ha tocado un subidón en este comienzo de 2022, notorio especialmente en la presentación de Ferran Torres, a la que acudió un buen número de aficionados, y en la que el presidente, Joan Laporta, volvió a mostrar la cara de niño al que le han regalado todos los juguetes.

No es que este joven delantero valenciano sea la gran esperanza que resolverá todos los problemas de gol del Barça, pero la realidad nos dice que es a lo máximo que puede aspirar hoy en día el club. Y, por supuesto, que hacen bien los aficionados en celebrar lo que le dan. Hay que entender que, después de unas fiestas en las que casi nos vuelven a decretar el encierro en nuestras casas, el valor de todas las cosas se multiplique y demos rienda suelta al optimismo, al mismo tiempo que ponemos una manta de cemento sobre el pesimismo. Así que ganar en Mallorca sabe a gloria más cuando lo haces con muchas bajas y un equipo muy joven. Qué el Madrid pierda con el Getafe, aunque siga de líder y el Barça esté a 15 puntos, también tiene sabor dulzón. Y que el equipo esté a un punto de la zona de Champions tenga un parecido similar al alcance de la cotización de Apple o Microsoft en la Bolsa.

El 3 de Enero todo ha parecido bonito, como la bella canción que nos dejó Pau Donés. Tan bonito que el presidente se dio otra vez el lujo de dar una vuelta al campo con Ferran Torres para comprobar el cariño de la afición, y en la conferencia de prensa acabó hablando del “resurgimiento” del Barça. Vamos, lo dicho, que no estamos tan mal, que esto marcha en viento en popa a toda vela. Qué dure el subidón! Y gracias Ter Stegen, y gracias Luuk de Jong.