El Barça es una ruina. Un equipo sin fútbol ni alma. Deprimido. Su caída ha sido tan vertiginosa como su transformación tras el mercado de invierno. El 20 de marzo, el equipo de Xavi humilló al Real Madrid en el Bernabéu. Un mes después, todos se atreven con el Barça, ridiculizado por el Cádiz y el Rayo. Y, sobre todo, destrozado por el Eintracht Frankfurt.

El 14 de abril, Jueves Santo, el Barça murió contra el Eintracht. El grupo alemán le sacó los colores en un Camp Nou que, por un día, fue más blanco que azulgrana. Con más ritmo, intensidad y deseo, el equipo de Frankfurt destapó todas las carencia y miserias barcelonistas. Diez días después, el Barça todavía no ha resucitado. Y el final de curso pinta muy mal.

El Barça encadenó ocho victorias y un empate en la Liga al juntar los cuatro fichajes en el mercado de invierno: Dani Alves, Ferran Torres, Adama Traoré y Aubameyang. Xavi parecía el mejor entrenador del mundo y Laporta, el presidente ideal para gestionar una crisis mayúscula.

El Eintracht lo reventó todo. El Barça ya había dado síntomas de debilidad -por ejemplo, en Frankfurt- pero la derrota del Camp Nou constató que Alves ya no está para jugar en un club de élite, que Ferran es un futbolista con mucho talento pero sin pegada y que Adama Traoré es un delantero con tanto descaro como limitaciones técnicas. Aubameyang es otra historia. Tiene gol, mucho gol, pero no sería titular en un Barça depredador y exquisito.

Xavi tiene motivos para estar preocupado. A corto plazo no lo tendrá fácil para reactivar a los futbolistas. En la rueda de prensa posterior a la derrota contra el Rayo, repitió la palabra "motivación" en muchas respuestas. Eliminados de todo, al Barça le costará enchufarse en la Liga. Solo puede aspirar a ser segundo.

El futuro del Barça tampoco es ilusionante. Xavi lo sabe y pide paciencia. Este verano será un calvario para la dirección deportiva. De momento, el club ha cerrado dos fichajes que no ilusionan: Kessié y Christensen, un defensa que asusta al técnico azulgrana por sus errores en el Chelsea. Habrá más incorporaciones. La más ilusionante podría ser la de Lewandowski... un jugador que llegaría con 34 años. Un insulto a la lógica.

Mucho más traumáticas serán las salidas. Xavi, Jordi Cruyff y Mateu Alemany saben que deben ser estrictos con la operación limpieza. El Barça debe soltar lastre y no será fácil. Liquidar a Coutinho y Pjanic no será fácil. Tampoco encontrar una salida para Umtiti, Lenglet, Neto, Riqui Puig, Mingueza y Braithwaite. Más plácida debería ser la marcha de Memphis, un futbolista con mucho mercado todavía. Sus inicios en el Barça prometían. Hubo, incluso, quien habló del nuevo Messi. Otro sacrilegio en un Barça que vive una crisis morrocotuda que no tendrá una fácil solución. Este Barça, lamentablemente, es una ruina.