Sergio Ramos no tiene interés más allá del fútbol, y así se refleja en el documental que se ha prestado a protagonizar para Amazon Prime Video. El corazón de Sergio Ramos muestra a un tipo normal a quien le gusta estar con la familia, le encanta la música y le apasionan los caballos. Nada fuera de lo común. Su singularidad es que es de profesión futbolista y que, gracias a ello, mantiene a toda su familia: su hermano René es su representante y su cuñado Carlos (marido de su hermana) le cuida la yeguada SR4.

El corazón de Sergio Ramos consta de ocho capítulos de unos 25 minutos cada uno. En total, son casi tres horas y media de documental que nada aportan al espectador. Lo mismo aparecen el jugador y su hermano conversando entre ellos en escenas forzadas y nada naturales como figuran Ramos o Pilar Rubio ante la cámara como si hablasen en el confesionario de Gran Hermano.

Reconozco que no tenía muchas esperanzas puestas en este documental, pero esperas que la historia arranque en algún momento. No llega nunca. Ni siquiera los títulos de los capítulos terminan de sostenerse porque el contenido es divagador. La imagen es de calidad, pero está mal llevado. O no han sabido exprimir el jugo de la vida de Ramos o, directamente, no hay más de donde rascar.

Pero no todo está perdido. Hay dos momentos que evitan peores valoraciones. El primero es cuando Ramos presume ante sus hijos de la Copa del Rey que se le cayó del autobús y acabó convertida en chatarra. El segundo, el más emocionante, es el resumen de los clásicos de la temporada pasada, donde el Barça vapuleó al Real Madrid.

La conclusión a la que llego es que, con su fama de leñero dentro del campo y con sus lapsus ante las cámaras, quiere dejar para la posteridad un documento en el que queden claros sus valores: humildad, sacrificio y amor por la familia. De todos modos, si nos fiamos del documental, el club azulgrana es lo mejor de la vida del camero. El Barça salva a Ramos. O le amortigua un peor golpe. Quién se lo iba a decir.