El Barça no está para grandes gestas. El de Koeman es un equipo en formación, con grandes individualidades y muchas carencias. La masa salarial de su plantilla no cuadra con el nivel futbolístico y algunos retos, asumibles no hace tanto, son ahora utópicos. Al Barça, hoy, se le exige que compita por la Liga y que atenúe el varapalo del PSG en Europa. La Copa es otra cosa. Es el objetivo real para un grupo que suple sus carencias con mucha ilusión a la espera de nuevos tiempos.

En 2021, el Barça es un buen equipo. Y poco más. Un equipo, eso sí, que tira de orgullo carácter en las situaciones más delicadas. En la Copa se salvó de la quema en Granada y contra el Sevilla con goles milagrosos de Jordi Alba y Piqué en el tiempo de prolongación. El socio, desencantado hace un año, sueña ahora con la Copa del Rey, un título menor hace una década pero que sería muy festejado en el Camp Nou.

El Barça está en manos de Koeman, el ideólogo de una renovación forzosa con muchos brotes verdes. Ansu FatiPedri Illaix iluminan la metamorfosis azulgrana, con Piqué asumiendo el mando de las operaciones y Messi muy implicado, como si nunca hubiera enviado el maldito burofax del pasado verano. Su problema era con Bartomeu, no con la entidad que favoreció su ascenso a la gloria.

El futuro de Messi, hoy, sigue siendo incierto, pero su continuidad parece más factible que hace seis meses. El acuerdo, con un jugador que pronto cumplirá 34 años y percibe más de 100 millones anuales, no será fácil. Su caso, posiblemente, será el primero que querrá resolver el nuevo presidente. Ya sea FreixaFont Laporta. Bien harán, no obstante, en actualizar los números del club.

El domingo, el Barça tendrá nuevo presidente. La campaña electoral ha sido eterna y sin grandes aportaciones. Freixa (tercero en la recogida de firmas) pega fuerte, a Font le falta chispa y Laporta ha optado por un perfil muy plano. Con todo a su favor, se ha expone lo mínimo posible. 

El Barça necesita un buen gestor. La situación económica es preocupante y se deberán tomar decisiones drásticas y dolorosas. La actual masa salarial del equipo de fútbol es insostenible y el socio asume que no habrá fichajes millonarios en verano. Los próximos meses serán duros, pero una Copa en Sevilla, la ciudad de sus pesadillas, aliviaría algunos problemas. Para fiestas mayores todavía falta mucho porque el Barça de 2021 se parece mucho al Barça de los 70 y 80.