Estoy harta. Harta de que me hagan callar cuando digo que el fútbol femenino interesa. Harta de aportar datos y que me respondan con un "te lo inventas" para, acto seguido, ver cómo miran el móvil y agachan la cabeza de golpe. A la conclusión que llego, y ya empiezo por el final, es que lo que no interesa realmente es dar a conocer el interés de este deporte, (sí lo pongo como un deporte diferenciado del fútbol masculino porque en estas estamos todavía), para seguir pagándolo a precio de chollo.

Más allá de la educación y los valores que deben fundamentar una sociedad como la nuestra, con las evidencias más recientes tenemos ejemplos claros de a qué me refiero. Nike ha reconocido que la camiseta más vendida este 2019 ha sido la de la selección femenina estadounidense que ganó el Mundial en Francia este verano. A su vez, las americanas han sobrepasado audiencias de las mismas eliminatorias finales de la NBA. Y así llevan demostrándolo desde el anterior Mundial, en Canadá. Y barriendo para casa, el canal Gol ha publicado que su récord de audiencia se lo lleva el España-USA con más de 1,3 millones de espectadores.

¿Por qué debo seguir justificándome? Es muy sencillo. En premios, las mujeres ingresan 30 millones anuales, los hombres 400 millones. Los escándalos de acoso sexual se repiten en todos los países, sean más o menos desarrollados. Ejemplos en Estados Unidos también encontramos. En España, ser futbolista entendido como profesión, solo lo consiguen las azulgranas y cuatro futbolistas más aisladas en otros equipos. ¿Sigo? Detalles como viajar en vuelos de primera y segunda clase no dan precisamente una buena imagen, separan hombres y mujeres. Y si además nos acogemos a la ley de la oferta y la demanda y de la generación de ingresos, también se rebate con los ejemplos anteriormente expuestos. El Barcelona, uno de los pioneros, también está en el proceso de mejora y el ejemplo del modo de vuelo ha sido una crítica que se les hizo en la anterior pretemporada. Más allá de los ingresos, un club como este también debe mirar por los valores que proyecta.

Un detalle final. Sin desmerecer el papel del club azulgrana, las cosas se tienen que decir por su nombre, me sorprendieron unas declaraciones de Piqué de hace un par de semanas: la solidaridad que admitió tener él y el resto del grupo ofreciendo al club cobrar una parte del sueldo a posteriori para fichar a Neymar. ¿Qué tal si otro día nos fijamos en detalles más importantes?