FC Barcelona y Real Madrid, dos clubes tan poderosos como antagónicos, ambos con una alta carga política, afrontarán la batalla del domingo en el Camp Nou con más dudas que certidumbres.

En un mundo cada vez más global y menos auténtico, el clásico ha perdido el dramatismo de décadas anteriores, pero es el mejor reclamo de la Liga para vender su producto en el mercado asiático y en Estados Unidos.

Las declaraciones altisonantes de antaño, los insultos entre los protagonistas de uno y otro bando, han pasado a mejor vida. También el gran pulso entre Messi y Cristiano Ronaldo, ausentes ambos por motivos dispares. Necesitado de nuevos retos y estímulos, el clásico puede tener un efecto terapéutico o devastador para Julen Lopetegui, en función del resultado. Tampoco está el Barça para tirar cohetes, pero el grupo de Valverde encara el duelo con menos dramatismo.

Leo Messi, con el brazo en cabestrillo, antes del Barça-Inter de la Champions 2018-19 en el Camp Nou / EFE

Leo Messi, con el brazo en cabestrillo, antes del Barça-Inter de la Champions 2018-19 en el Camp Nou / EFE

Leo Messi, con el brazo en cabestrillo, antes del Barça-Inter de la Champions 2018-19 en el Camp Nou / EFE

El desenlace del clásico marcará el futuro inmediato de ambos equipos. No siempre gana el mejor ni tampoco el más necesitado, pero se producen daños colaterales imprevisibles en estos duelos. En algunas ocasiones, los cambios incluso son bruscos, como bien sabe Zidane. Hace dos años y medio, el Madrid llegó moribundo al Camp Nou, pero su estado de ánimo mutó con un gol final de Cristiano Ronaldo que dio la victoria a los blancos. El Madrid atemorizó al Barça en una Liga que tenía perdida y poco después ganó la Champions. La primera de tres consecutivas. También el Barça de Guardiola inició su ciclo ganador en el Bernabéu. Con el histórico 2-6 de 2009. ¿Recuerdan?

El Madrid, hoy, vuelve a encontrarse en una situación crítica, con la afición repartiendo culpas entre Lopetegui y Florentino Pérez. Al técnico le falta autoridad en el vestuario y el presidente dio luz verde al traspaso de Cristiano Ronaldo pero no activó su poderosa maquinaria para fichar un relevo de garantías. En el Camp Nou todo puede reventar. O no. En el Barça tampoco andan muy sobrados de autoestima, y mucho menos tras la lesión de Messi y los primeros pitos a Valverde en el coliseo azulgrana.

El factor campo, curiosamente, ha perdido importancia. El Barça, por ejemplo, ha ganado en sus últimas tres visitas al Bernabéu y el Madrid ha ganado un partido y perdido dos en el Camp Nou. Otro ejemplo de los nuevos tiempos que corren en el fútbol, entregado a las audiencias multimillonarias y con miles de turistas en las gradas.