Estamos ante un momento inédito, histórico y muy complicado. Ánimo a todos los afectados directa e indirectamente en vuestro trabajo, en vuestro día a día, con los niños... Y sobre todo también gracias, gracias a todos los médicos y sanitarios que velan por nuestra salud, a todos los que nos ayudáis y nos orientáis en estos momentos de confusión.

Hagámosle caso a ellos que recomiendan que la Liga se detenga por el bien de los futbolistas, que la Liga se debe parar por el bien de los aficionados, que la Liga tiene que frenar en seco por el bien de todos los que forman parte del circo. No hay más, todo lo que no sea esto será una incoherencia intolerable.

Ante un caso como este no hay lugar para las ambigüedades, no se pueden correr riesgos. El ego de Tebas, el único a favor de jugar a puerta cerrada, no puede estar por delante del bienestar de todo un país. Hoy no hay que añadir mucho más, desearos que todos estéis bien, que nos os entre el pánico y que actuemos todos con mucha cabeza y responsabilidad. Ahora más que nunca... seny, pit y collons. 

Las afectaciones por el coronavirus en el mundo del deporte ya son una realidad. Vienen días y semanas complicadas donde habrá que tomar decisiones dolorosas y arbitrarias sobre el devenir de muchas competiciones.

Disputar los partidos a puerta cerrada es una alternativa que no va a ninguna parte. Tal y como decía Guardiola, también soy de los que piensa que el fútbol sin público no tiene sentido. Las gradas vacías y el silencio en los estadios son lo peor que le puede pasar al deporte.

Jugar a puerta cerrada tampoco es justo en casos como el del Barça o el Valencia que en la ida tuvieron que soportar la presión del público local y que ahora verán neutralizado el efecto de su afición. No es justo y así se adulterar la competición.

Todo lo que no sea suspender provisional o definitivamente la liga y el resto de competiciones será un error de dimensiones bíblicas.