Triste noticia para la familia azulgrana. El FC Barcelona comunicó ayer el fallecimiento de Manuel Mañós Gonzalbo, su socio más antiguo, que había renovado su abono de forma puntual desde que se dio de alta hace, exactamente, 90 años, el 5 de septiembre de 1932. Ha muerto con 101. Sin embargo, el club se ha despedido de él haciendo referencia a su condición de “socio número 1”, algo que no es del todo preciso.

No es la primera vez que fallece el “socio número 1 del Barça” y, por lo tanto, tampoco es la primera que se produce esta inconcreción. Y el motivo de esta confusión no es otro que el socio número 1 está reservado a perpetuidad para el fundador del club, Joan Gamper. Así lo acordó la junta directiva el 1 de agosto de 1930, apenas dos días después de que el suizo se quitara la vida en su piso de la calle Girona de Barcelona tras unas malas inversiones que lo arruinaron. A decir verdad, Gamper ya era el primer socio del Barça, y lo que decidió aquella junta fue mantenerle ese reconocimiento para la eternidad, como muestra de respeto, homenaje y reconocimiento a alguien que se desvivió por impulsar la entidad y salvarla en varias ocasiones de la desaparición.

Sin embargo, y a pesar de ese acuerdo, el presidente Joan Gaspart suprimió ese privilegio de Gamper a partir del 2002, en un gesto pactado con la familia y que vendió como necesario para demostrar que todos los socios son iguales a ojos del club. No obstante, en 2009, el primer Barça de Joan Laporta revocó esa decisión y aprobó que el fundador sería “el socio número 1 de la entidad de manera permanente”. De hecho, se decidió “retirar” el 1, de modo que, desde entonces, “el socio número 2” se considera “el socio más antiguo del Barça” y cuenta “con los mismos reconocimientos públicos” que hasta entonces “tenía el socio número 1”. Por lo tanto, se puede considerar en cierto modo que Mañós era el “socio número 1” del Barça, aunque en la práctica no era así. Descanse en paz.