El 2 de mayo de 2009 empezó todo. Con Pep Guardiola de entrenador y Leo Messi como líder espiritual. Ese día, festividad en Madrid, el Barça se desmelenó en el Bernabéu con una victoria histórica contra el Real Madrid: 2-6. Diez años después, la afición azulgrana sigue pletórica tras golear al Liverpool y encarrilar su pase a la final de la Champions.

De Guardiola a Valverde, el Barça ha ganado ocho de las últimas once Ligas, tres Champions, seis Copas del Rey y tres Mundiales de Clubes, entre otros títulos. En la década prodigiosa de la entidad, solo un ejercicio acabó con suspenso: el dirigido por Tata Martino, un invento fallido de Sandro Rosell tras enfermar Tito Vilanova.

Del Barça de Guardiola al Barça de Valverde algunas cosas siguen igual. Otras, muchas más, han sido matizadas. Piqué, Sergio Busquets y Leo Messi son los guardianes del ADN barcelonista, que en su día moldearon Valdés, Puyol, Xavi e Iniesta. El modelo, en cambio, ha sido revisado. Actualizado. El Barça actual es fiable cuando es protagonista, pero es letal en espacios abiertos, al contraataque.

La posesión, con Valverde, ya no es un dogma de fe inquebrantable. Tampoco lo era con Luis Enrique, más partidario del vértigo. Ernesto, en cambio, es más pragmático, tanto en la gestión del vestuario como en sus propuesta futbolística, y en un mismo partido cambia de sistema con la misma facilidad que sustituye a un futbolista por otro. Hoy, admitámoslo, el Barça gana muchos duelos por la seguridad de su portero y la pegada de sus delanteros. Como hacía el Real Madrid de Cristiano Ronaldo, Benzema y Bale en sus buenos tiempos.

El Barça, en duelos de poca monta, gana por inercia. Muchas veces da la sensación de que mide perfectamente los esfuerzos. En las grandes citas, en cambio, se multiplica. No ha perdido ningún partido con rivales directos y contra el Liverpool resistió las embestidas inglesas. El 3-0 es un resultado tan favorable como engañoso. En muchos minutos, el grupo azulgrana estuvo contra las cuerdas. Messi, una vez más, acudió al rescate con otro gol maravilloso.

Con Valverde, el Barça es menos seductor, pero puede completar otro curso perfecto. Campeón de la Liga y finalista en la Copa, el gran sueño es la Champions. Con Messi, el equipo ya ha ganado cuatro veces la máxima competición europea. El gran problema han sido las cuatro Champions que ha logrado el Real Madrid desde 2014. Por eso, la nota final dependerá de Europa. En un mundo cada vez más global, la Champions lo es todo. La Liga, injustamente, ya no tiene el valor de antaño. Un insulto a la coherencia y, sobre todo, a la memoria. No hace tanto, el Barça ganaba una Liga cada 11 o 14 años. Ahora es una rutina. Gloria a la década prodigiosa.