He descrito en varias ocasiones a Gerard Piqué como un triunfador nato, un hombre afortunado en todo. La doctora Montserrat Bernabéu, su madre, a la que entrevisté para una reportaje en el Magazine de La Vanguardia hace diez años, contó entonces que con 14-15 meses su niño mayor les había dado un susto de muerte: “Gerard ya caminaba, iba detrás de un balón y se cayó de una terraza a una altura de metro y medio, sufrió un traumatismo craneal con una fractura frontoparietal y tuvo que estar cuatro días ingresado en Vall d’Hebron. Afortunadamente, fue algo que se quedó en una fractura sin afectación cerebral. Al principio le costaba caminar, pero enseguida volvió a la vida normal. Le hicimos seguimiento de la fractura y todo ha ido bien”.

No solo en esa caída tuvo suerte el 3 del Barça. También cuando decidió marcharse al Manchester United, jugar en el Zaragoza, y volver a Barça. Ha triunfado en su carrera futbolística, donde ha ganado todos los títulos posibles. Y hasta en el amor, casado felizmente con la famosa cantante barranquillera Shakira que lo ha hecho padre de dos criaturas hermosas.

Pero Gerard Piqué siempre ha sido un hombre inquieto, de carácter fuerte, con una personalidad muy definida, y de lengua suelta. No le ha importado meterse en el mundo de los negocios, creando empresas, reorganizando la Copa Davis de tenis, comprando clubs, haciendo de mediador para encontrar un patrocinador principal para el Barça y hasta salvador in extremis de una parte de la situación financiera del club al rebajarse su salario, dicen algunos, o difiriéndolo, según el ex baloncentista azulgrana Lagarto De la Cruz, que se muestra incrédulo sobre esta decisión.

Pero quizás porque dice que se aburre es que Piqué aparece hasta en la sopa. Estuvo en la famosa foto de Neymar con aquel pie engañoso que decía “se queda”. Después una de sus empresas filmó a Griezmann un vídeo llamado “La decisión” en la que el francés anunció que se quedaba en el Atlético. Ayer domingo Crónica Global anunció que Piqué intentó convertirse en inversor del Barça Corporate, pero que el entonces presidente Josep María Bartomeu lo rechazó. Está en todas o quiere estar en todas y eso no debe ser lo mejor para un futbolista, y menos cuando se tienen 34 años.

Al segundo partido de Liga, Piqué, el capitán, el futbolista que tras el adiós de Messi ha asegurado estar más motivado que nunca, se ha lesionado. Sabemos que las lesiones son inevitables y más en el fútbol. Pero también sabemos que el descanso es vital para jugadores veteranos. Y no solo el relax físico. También el mental. El que quizás necesita el nuevo líder del Barça. Lo agradeceremos todos.