Sergiño Dest, en un lance del partido contra el Valencia / EFE

Sergiño Dest, en un lance del partido contra el Valencia / EFE

Hablemos del Barça

Dest o el síntoma de un fracaso

17 diciembre, 2021 09:01

”Es un empanado total”. De esta forma tan gráfica describen en el club a Sergiño Dest, un jugador que llegó en el verano de 2020 bajo el ala de Ronald Koeman, con el objetivo de renovar la plantilla y darle un nuevo aire tras la humillante debacle del 2-8 ante el Bayern en el Champions. Ya con el técnico holandés tuvo ciertos problemas de desajustes, “llegó a ser la diana fácil de Koeman y siempre que podía le echaba broncas en público, delante de todos los jugadores”, confirman dentro del vestuario. Y la llegada de Xavi sólo ha servido para redoblar esta sensación de absoluto desbarajuste con el defensa.

En el partido ante el Bayern fue donde Dest firmó su epitafio deportivo. Su misión era ser el primer obstáculo en el carril de Davies, para que tuviera reticencias a la hora de subir la pelota. Xavi le adelantó como extremo derecho para que apretara en el bloque alto y presionara la salida de balón. Lo cierto es que Davies hizo y deshizo en su carril, con un Dest atolondrado, que en ningún momento supo cómo parar al jugador del Bayern.

En el descanso, Xavi tuvo palabras muy duras para el equipo, pero algunas muy especialmente hacia el estadounidense, llegando a recriminarle por su indolencia. De hecho, no sólo lo señaló dentro del vestuario, sino que quiso dar más visibilidad a su enfado, sustituyéndole al descanso. 

“No entiende el juego posicional y se equivoca en toda la toma de decisiones”, subrayan dentro del vestuario para explicar el actual ostracismo del jugador, que ya no ha vuelto a jugar ni un minuto en partido oficial. En el entorno del jugador se escudan que aún arrastra problemas de lumbalgia y que no está al cien por cien, pero dentro del club insisten que no es un problema físico sino mental.

Con Xavi ya mostrando su pulgar para abajo, ahora está en manos de la secretaría técnica buscar una solución al conflicto. En el club se considera a Dest un jugador con mercado y que podría tener una salida relativamente fácil, aunque el problema sería el listón de la oferta, ya que por menos de 15 millones de euros no se contemplaría. No se quiere que el jugador se devalúe más -costó 21 millones al Ajax hace un año y medio- y la intención sería un traspaso inmediato. De esta forma se mataría dos pájaros de un tiro: se ingresaría una cantidad de dinero y se liberaría una ficha de cara al fair play financiero.

Sin embargo, desde el entorno del jugador, ya están enviando mensajes contrarios a una salida en el mercado de invierno. "Quiere demostrar a Xavi que puede ser aún un recurso válido para el equipo", aseguran.

El problema es que estamos ante palabras y no hechos. Los hechos demuestran que está por detrás incluso de Óscar Mingueza, pese a no ser ni lateral ni tampoco estar haciendo una buena temporada, y que con la aparición de Dani Alves, a partir del mes de enero, su aportación en el equipo va a ser todavía más testimonial de lo que está siendo.

De ahí que en el club mantengan la salida de Dest como la única opción viable para todas las partes: para el club, porque libera una ficha, para el entrenador, porque se quita de encima un jugador con el que no cuenta y para el propio futbolista, porque puede buscar un destino donde se apueste con él.

Lo que no va a aceptar Joan Laporta, de ninguna de las maneras, es que Dest se acabe convirtiendo más en un problema que en una solución. Hablando en plata, que no se convierta en el Winston Bogarde del siglo XXI.