El jugador con más Balones de Oro, más 'pichichis', máximo goleador de la historia de la Liga, de la historia del Barça, el jugador con más goles marcados en un año natural y casi que mejor no sigo porque no acabaría hasta mañana con tanto récord.

Messi tiene una nueva oportunidad de hacer historia. Si hoy marca, el argentino igualará e incluso podría superar los 643 goles que consiguió Pelé con la camiseta del Santos, Messi se puede convertir en el jugador que más goles ha conseguido con una sola camiseta, la del Barça.

Con Messi hemos normalizado lo sobrenatural, hemos convertido en rutina algo increíble y ya consideramos como un hábito que bata cualquier tipo de estadísticas jornada sí, jornada también. 

Orgullosos de Leo, lo suyo es de locos y lo lleva haciendo des de los 13 años. Pero, ¿y si este es el último gran récord que bate con la elástica blaugrana? Su futuro es más incierto que nunca. Todavía no se ha ido y ya nos entra la depresión. En tan sólo 15 días podrá empezar a negociar con cualquier otro club y a día de hoy solo le pido una cosa, que se espere al nuevo presidente. Lo que hizo ayer Laporta con su pancarta en Madrid es motivo para creer que con él todo es posible. Que Messi se quede, también.

Siempre nos quedará París

Pues sí, el morbo está servido. El Barça se enfrentará al PSG de Neymar, Mbappe, Di María, Icardi Verratti, Rafinha, Bernat y compañía. El mismo PSG que nos birló al propio Neymar, a Xavi Simons y se ha esforzado en desestabilizar al Barça en los últimos años movido por la frustración que les supuso la eliminación de aquel 6-1 en 2017.

Por suerte para los parisinos las cosas han cambiado mucho desde entonces. Demasiado lejos quedan ya aquel Barça y aquellos jugadores que eran capaces de hacer temblar a cualquier equipo de Europa. Sin embargo, el mal hubiera podido ser mucho mayor con un Bayern, un Liverpool o un City. Es cierto que si no es ahora deberá ser más adelante, para ganar la Champions tarde o temprano debes enfrentarte a los mejores, y para mí el PSG todavía está un escalón por debajo de todos estos.

No digo que el Barça parta como favorito pero si que tiene opciones de mandar al PSG a casa antes de tiempo. Un PSG que a día de hoy no es ni líder de la liga francesa y que el curso pasado fue subcampeón de Europa dejando por el camino al Dortmund, al Atalanta y al Leipzig. No nos engañemos, tampoco lo tuvieron tan difícil.

El problema una vez más, no será sólo del rival que habrá enfrente. El problema también será la versión que nos ofrecerá el Barça. Tal vez la vacuna nos llegará en febrero desde Paris pero aún así, permitidme que a pesar de nuestro típico y pesimista ADN culé, a día de hoy pueda soñar con eliminar al PSG de Neymar y esta vez, sin la inestimable ayudar del señor Aytekin.

Un Koeman peligrosamente resultadista 

Dar entrada a Umtiti por Griezmann en los últimos minutos del partido para defender el 1-0 contra el Levante es síntoma de equipo pequeño y de entrenador con muchas dudas. No le niego que la jugada le saliera bien pero lo cierto es que con la ausencia de público en el Camp Nou, el holandés se ahorró una buena pañolada. Y no hubiera sido la primera.

El 4-3-3 tampoco acabó de funcionar, probablemente porque no puso a los jugadores en la posición donde tocaba. Braithwaite de extremo izquierdo y Coutinho de centrocampista exhibiendo su peor versión, la que todos recordábamos. En líneas generales fue un partido para olvidar que por poco no terminó en tragedia. El Barça jugó la mayoría del partido caminando y sin ganas. Suerte de Messi y de su amor propio. Supongo que hoy sus críticos no podrán levantar la voz. Sin Messi este equipo estaría en la miseria más absoluta.

Y con todo, si hay alguna nota positiva del partido, esta es De Jong. El holandés, junto con Messi, fue de los pocos que se salvó. En algunos momentos nos recordó al jugador nos enamoró con la camiseta del Ajax. Ojalá sea un punto de inflexión para él, el Barça lo necesita.

En fin, victoria ante el Levante, un rival directo del Barça en la lucha por no perder la categoría según los más pesimistas. Hoy toca la R. Sociedad y el sábado el Valencia. Quizás es mejor no pensar en la que nos viene encima y que todo siga su curso. Sea cual sea.