Derrota contra Levante y empate en casa ante ante el Slavia. Los resultados son malos, pero no son lo que más debe preocupar al barcelonismo. 
Ante el Slavia el Barça sólo pudo sumar un punto y fracasó estrepitosamente en su intento de cambiar su pésima dinámica futbolística. Fue el peor partido de la temporada en el Camp Nou ante un equipo inferior pero que fue más valiente, más intenso y tácticamente mucho mejor trabajado.  

No se puede seguir así. El equipo no tiene ideas y físicamente está muerto. La temporada va camino de hacerse muy larga pero todavía se puede revertir la situación. Hay que cambiar la dinámica urgentemente y ahora mismo hacer cambios en el banquillo es la opción más factible. Lo del martes fue vergonzoso, una tomadura de pelo, una falta de respeto a todos los que acudieron al Camp Nou. El Barça no puede seguir así. De momento ya peligra la Champions.

Jugando a la ruleta rusa 

Hay un problema de juego, el equipo no tiene claro a qué juega. Hay un problema de concentración, el equipo no está bastante enchufado como para ganar con claridad. Hay un problema de compromiso, los jugadores no pueden recorrerse medio mundo cuando les interesa y luego volver rendir a su mejor nivel.

En San Mamés, en El Sadar, en el Nuevo Los Cármenes y ahora el Ciudad de Valencia se produjo la tragedia. La ruleta rusa blaugrana tuvo un final devastador. Dice el tópico que en estos campos se ganan las ligas y de momento el Barça la está perdiendo.

Todavía queda mucho y la parte positiva es que el resto de equipos no están aprovechando el mal momento azulgrana. Mal de muchos, consuelo de tontos. Estamos en el mes de noviembre y el equipo no da síntomas de mejora. Si el Barça quiere levantar títulos a final de temporada, debe ser mucho más regular, solidario y competitivo.

Llamen a Monsieur Henry

Sea cuando sea, el sustituto de Valverde debe ser alguien que tenga crédito dentro de la plantilla y que sea capaz de corregir los hábitos, actitudes y vicios de los futbolistas sin tener que hacer una limpieza en profundidad del vestuario. El Real Madrid fue un desastre con Benítez, un enfermo del fútbol y con un currículum envidiable que se encontró con un equipo reticente a sus métodos. El mismo equipo con Zidane, fue campeón de Europa tres años consecutivos. ¿Casualidad? Seguro que no.

A mi me gusta Henry, un hombre que como jugador lo ganó todo y que como entrenador ya ha vivido las dos caras de la moneda. En Mónaco no tuvo suerte pero con Bélgica, de segundo de Bob Martínez, encajó a la perfección ganándose el vestuario y leyendo las necesidades del equipo y de los rivales mejor que nadie.

Como se suele decir, un equipo como el Barça se podría entrenar solo. Sin embargo, ahora es necesaria una figura que mueva las piezas y sepa sacar el máximo partido posible a un grupo de jugadores irrepetibles que ya está en las últimas de su carrera. Henry tendría el respeto de todo el vestuario, conoce la casa y habla el mismo idioma futbolístico.