Ya pueden ir pensando los publicistas de los candidatos a la presidencia del Barça en otro gancho que no sea el de apostar por la continuidad de Leo Messi para levantar la entidad. Él no es el futuro. Él está más fuera que dentro del club. Ha dejado de pensar en azulgrana y cambiará el Camp Nou por otro estadio cuando el Barça más lo necesitaba.

Sabe que el club está mal. También sabe que no hay dinero porque entre otras cosas tiene que ser consciente que él ha sido el mejor pagado del mundo durante muchos años. Y con todo merecimiento. Messi pasará a la historia del Barça como el jugador que maravilló, cautivó y puso al club en el Olimpo. Pero él no es el futuro.

Lo dejó bien claro en la entrevista concedida a Jordi Évole, en La Sexta, donde deja la impresión de que él ya lo dio todo por este club. Muchos aficionados seguramente esperaban más compromiso de este Messi cuando la entidad entrara en horas bajas.

Ya lo definió bien su compatriota Claudio Caniggia el pasado mes de septiembre: “Le falta liderazgo, Cuando su equipo no es superior, se cae”. Y ese Messi extraordinario que tantas alegrías ha dado hoy en día ve que a su lado no tiene Ronaldinhos, Decos, Xavis, ni tampoco a Andrés Iniestas y Puyoles, ni Neymares, hombres también claves en el crecimiento del club y que contribuyeron indiscutiblemente en la elevación del argentino a la categoría de dios del fútbol.

 Así que señores candidatos a dirigir el Barça presenten nuevas alternativas, otros cromos que sean merecedores de avalar vuestras candidaturas, porque Messi no es el futuro. Sabe mal decirlo, pero tener un número uno que no cree en sus compañeros no es bueno ni sano para el club.