Me explica una amiga que vio el partido del Barça contra el Leganés en un restaurante-bar de Cambrils llamado La Tertulia, donde dice que cada caña la acompañan con una tapa exquisita, pero donde haría falta poner una cámara y unos micrófonos para disfrutar mucho más del momento. Dice que ahí coinciden culés con distintas opiniones. Cuenta que hay el que cada vez que la tele muestra el rostro de Valverde lo critica porque no transmite alegría, porque su cara de amargura no contagia positivismo, sino todo lo contrario. Otros comparan al técnico del Barça, o bien con Klopp, porque celebra y besa a los jugadores, o con Guardiola, porque habla a los futbolistas como si fuera su padre.

Pero cuenta mi amiga que ella se fija en los “tertulianos” y cree que sus comentarios llevan impregnado el mismo dibujo que hacen de Valverde. Dice que algunos están como amargados, son pesimistas, no ven nada bueno, y hasta parece que desean la derrota del Barça: “No lo entiendo, de verdad”, me comenta. “Si ganando hablan así, qué dirían si fuera quinto o qué adjetivo utilizarán si queda eliminado de octavos de la Champions”, se pregunta con cara de Valverde mi amiga.

Pero también me cuenta que lo bueno de ver el partido en este lugar es que la mayoría de culés son positivos. A estos, si el Barça gana como está ganando, no les parece que haya evitado un desastre. Si el Barça vence como vence ahora no les parece que se haya salvado de un naufragio. Y si el Barça es líder, en ningún momento piensan que es un líder engañoso.

La verdad es que el partido de Leganés demostró que el Barça todavía parece en fase de rodaje o que el parón liguero tiene sus efectos en jugadores que han hecho desplazamientos largos con sus selecciones. No había visto a De Jong y a Messi perder tantos pases como el sábado.

Pero si hay que destacar algo en este Barça es que pese a esa sensación de no estar al ciento por ciento consigue ganar los partidos y mantiene el tipo. Y ganar nunca ha sido malo. O sólo es malo para el perdedor. Y este Barça ha perdido tantos partidos en Liga como el PSG, Bayern o Manchester City en las suyas. Y, desde luego, cualquier aficionado estaría loco de satisfacción por un equipo que doblega catástrofes y evita cataclismos. La supervivencia, si así hay que llamar el estado del Barça, siempre ha dado para celebraciones y no para lamentaciones.

Ahora a esperar al Borussia de Dortmund este miércoles, que va quinto en la Bundesliga, y este sí que escapó el pasado sábado de un “terremoto” en su campo al empatar ante el colista, con el que perdía 0-3. Cómo me habría gustado ver este partido en La Tertulia de Dortmund