Xavi Hernández dejó en el banquillo a Ronald Araujo en el partido contra el Osasuna. Podría interpretarse la medida del entrenador como un castigo al central uruguayo por los críticos comentarios que lo culpaban del empate a cero contra el Galatasaray. Todos los técnicos de la profesión periodística innovaron y resaltaron una frase que hasta ahora había sido poco escuchada: “Araujo no tiene buena salida de balón”.

Descarto totalmente la teoría del castigo porque creo que Xavi no es un entrenador que se deje influir por la prensa o las redes sociales. Pienso más en un descanso merecido a un jugador que está demostrando una entrega y un notable compromiso con el club. Y desde luego estoy totalmente en contra de la teoría de la salida del balón.

Un equipo de finos estilistas, como lo es el FC Barcelona, no puede culpar hoy en día a un defensa central de su incapacidad para elaborar jugadas de ataque. En el mismo partido contra el Galatasaray, Xavi Hernández sustituyó a Araujo, pero tampoco el equipo registró una mejora ofensiva.

De la misma forma que en los encuentros que el Barça goleó nadie habló de la salida del balón, y Araujo estuvo en todos ellos. Contemplo más las críticas al uruguayo como una forma de presión para que rebaje sus pretensiones económicas y renueve con la oferta que plantea el presidente, que se enmarca en la misma línea utilizada con otros jugadores y que ha contado con los mismos altavoces periodísticos.