Será por la amenaza del Real Madrid de Florentino de traerse de una tacada a Mbappé y Rüdiger este verano, o será por propia convicción de Joan Laporta ante las carencias de la actual plantilla del FC Barcelona, que apenas ha podido competir este curso, pero lo cierto es que en el último encuentro entre el presidente y Xavi Hernández, el dirigente le prometió que buscará dinero “hasta debajo de las piedras si hace falta” para satisfacer todas las peticiones de la lista.

Tras dejar pasar el vendaval Haaland y el tifón Salah, ahora los nombres son mucho más acordes con la crítica situación económica que atraviesa el club. En ningún caso se trata de operaciones que se van más allá de los 40 millones de euros, y en algunos en concreto, podrían llegar incluso con la carta de libertad bajo el brazo.

Pero es evidente que si Laporta quiere satisfacer los deseos de los técnicos tendrá que empezar a activar más de una palanca, ya sea CVC o Barça Studios u otro tipo de ingresos adicionales que permita al Barcelona hacer frente a las operaciones pendientes. La última información que avanzó Culemanía consiste en una combinación de estas vías para tratar de llegar a un máximo de 900 millones de euros que aliviarían la economía del club y permitirían abordar fichajes.

Y es que tras cerrar a Christensen y Kessié a coste cero, ahora llegan las curvas de verdad. Con Mateu Alemany como gran dinamizador, y Jordi Cruyff en la sombra, el club tiene tantas carpetas abiertas que empiezan a estar literalmente desbordados. Ahora mismo, la lista de prioridades tienen nombres y apellidos muy definidos: César Azpilicueta, Marcos Alonso, Kalidou Koubaily y Robert Lewandowski. El principal handicap es que los cuatro tienen un año más de contrato y los dos primeros además están en un club, el Chelsea, intervenido, que no tiene dueño tras expulsar a Roman Abramovich y que está maniatado para fichar jugadores. Con semejante marrón se enfrenta Alemany, que además se ha encontrado con la sorpresa que Azpilicueta, que acababa contrato este verano, veía cómo el club blue ejecutaba un año más de forma unilateral al cumplir 30 partidos con el Chelsea este curso. Una cláusula que el capitán contaba con la palabra del mandatario ruso que no se iba a ejecutar, pero que tras su marcha, todas las promesas se han evaporado en el aire.

Con el central del Nápoles y el delantero del Bayern, el Barcelona tendría que hacer un esfuerzo importante: ninguno de los dos se irá por menos de 40 millones de euros, pese a tener sólo un año más de contrato, con el agravante que el club bávaro ha catalogado a su jugador como “intransferible”.

Y hay un quinto nombre en la lista, el extremo brasileño del Leeds, Raphinha, pero en su caso todo está pendiente de si el club inglés desciende o no. En el caso que caiga del carro de la Premier, la operación se activaría de forma automática, por un precio aproximado de 25 millones de euros.

Así pues, estamos hablando aproximadamente de unos 140 millones en total para hacer frente a todas las operaciones, sin contar la ficha de los jugadores, el gran quebradero de cabeza para la cúpula del club, que tiene ahora mismo un saldo negativo de -144 millones en el fair play.

Está claro que, ante semejante tesitura, Laporta, más que buscar dinero debajo de las piedras, necesitaría la ayuda de El Profesor de la serie La Casa de Papel para que le ayudara a entrar de estranjis en las entrañas del Banco de España.