Existe la creencia que si hay un sitio donde “reputean” más a Leo Messi es en su Argentina del alma. Algún periodista ha llegado a llamarlo “pechofrío” y otros tantos lo han culpado de los malos resultados que ha cosechado con la camiseta albiceleste. No le perdonan que sea el mejor futbolista del mundo y que no haya sido capaz de liderar un título mundial a su país. Les encantaría que fuera tan vital en la selección como lo es cuando juega con el Barça.

Sin embargo, las mejores entrevistas o las más jugosas que ha dado el crack azulgrana en los últimos tiempos las ha concedido a medios de su país, y no en Barcelona donde lleva toda su vida. Es como si quisiera convencer a la prensa y a los aficionados de su amor por Argentina, aunque en ella no haya triunfado como hubiera deseado. Es verdad que este Messi, que el próximo 24 de junio cumplirá 32 años, está más lucido y ya no es aquella persona que contestaba con monosílabos o que descubría una timidez que muchos no entendían. Ese Messi ya quedó atrás. Ahora es un jugador que exhibe su criterio tanto en el terreno de juego como fuera de él.

Nada más llegar a Argentina para preparar su participación en la Copa América, que se disputará en Brasil y en la que la albiceleste debutará contra Colombia el próximo sábado, Messi eligió un par de periodistas amigos de dos cadenas diferentes (TyC Sports y Fox Radio) para hablar absolutamente de todo, de lo divino y de lo humano. Resulta admirable escuchar las anécdotas que cuenta de sus hijos Mateo, Thiago y Ciro con una sonrisa abierta, y confesar que su sueño personal y de Antonella, su esposa, es ampliar la familia pero con una niña.

Contenta e ilusiona el crack argentino a sus compatriotas cuando declara que su mayor deseo deportivo no es otro que conquistar un título con la selección. Es consciente que no hay nada más ansiado por los argentinos que acabar con la historia negra que lleva una selección que no ha ganado nada desde la retirada de Diego Armando Maradona. La última vez que Argentina ganó la Copa América fue en 1993. Pero lo que más ha pesado sobre la conciencia de Messi es que en las dos últimas ediciones ha perdido la final contra Chile en la tanda de penaltis, y en la del 2016 él falló el primer lanzamiento.

Ha sido bueno descubrir en estas entrevistas el mayor temor que tiene Messi en esta vida: “Lo cierto es que tengo un poco de miedo de lo que pasará después del fútbol”, dijo. No obstante aseguró que eso no será por ahora. Reconoció Messi también que el final de temporada fue muy duro con la derrota sufrida en Anfield contra el Liverpool: “Acabé más cansado y frustrado mentalmente que físicamente”.