La guerra en Ucrania por la invasión de Rusia le coge muy lejos al Barça de fútbol. Muchísimo. No tiene partidos a la vista en ninguno de los dos territorios y, aunque los tuviera, no los iba a disputar: la actividad en Kiev está paralizada y Moscú ha quedado excluida de todas las competiciones balompédicas. Además, hay otro detalle que ilustra la distancia entre el club y esos países: en los más de 120 años de historia de la entidad barcelonista, solo un ruso (Ígor Korneyev) y un ucraniano (Dmitro Chigrinskiy) han defendido la camiseta azulgrana. Eso no quiere decir que el Barcelona sea ajeno al conflicto porque, por ejemplo, el extécnico del femenino Lluís Cortés dirige hoy a la selección ucraniana de chicas y ha tenido que huir, y el exentrenador de la sección de baloncesto Xavi Pascual está ahora al frente del Zenit de San Petersburgo, y también saldrá de allí. Y, en todo caso, no hay que olvidar que todo afecta a todos en un mundo tan globalizado. El Barça, de todos modos, lo tiene claro: "No a la guerra".

La guerra nunca puede ser buena y, aunque el Barça se libre de esta que se disputa en territorio europeo, ha vivido otras en sus carnes. En concreto, la Guerra Civil, el periodo más oscuro de la historia de España en el siglo XX y que supuso, entre otros, el asesinato del republicano y presidente culé Josep Suñol en 1936, en los primeros días del conflicto bélico, a manos del ejército franquista. Parece que el destino estaba escrito para él, que, sin darse cuenta, entró con su coche en zona enemiga, en la Sierra de Guadarrama, donde se había acercado para visitar a las tropas republicanas en Madrid. Fue identificado y, sin juicio previo, fusilado. Apenas estuvo un año al mando del club. Su muerte dio inicio a una de las épocas más difíciles de la entidad catalana, que fue intervenida y depurada, por no hablar de que la práctica deportiva se detuvo, el campo de Les Corts estuvo seis meses cerrado, muchos jugadores fueron movilizados y otros, como el gran Pepe Escolà y Josep Raich se exiliaron. Un drama se mire por donde se mire. Maldita guerra.

Ahora la guerra azota a Ucrania, a Europa. Nos afecta a todos en mayor o menor medida. Muchos creían que términos como ataque, defensa, capitán, contienda, duelo, feudo, conquista, escuadra, líneas ofensivas y defensivas, escudo, ariete, tanque, armar, tirar, disparar, misil, cañonazo, obús, torpedo, diana, fusilar, héroes, bombardeo, francotirador, contraataque… habían quedado en el lenguaje balompédico como reminiscencias de un trágico pasado, pero un sátrapa se ha encargado de recordarnos que no, que todavía hay guerras en el mundo, que mueren miles de inocentes a diario, con la diferencia de que casi siempre estas batallas se producen tan lejos que hacemos como si no existieran. No a la guerra. En ningún lugar.