La lista sobre los mejores futbolistas de la historia es extensa, variable y subjetiva. Pero lo que nadie cuestiona es que los primeros puestos los ocupan Maradona, Messi, Pelé, Cristiano Ronaldo, Di Stéfano, Cruyff y Zidane –no importa el orden–. Y, aunque todos son o eran muy buenos, no todos dejan la misma huella allá por donde pasan. Algunos merecen dar nombres a calles, plazas o estadios; otros, por las razones que sean, no.

En España, ciertamente, no somos muy dados a bautizar los estadios con nombres de futbolistas, pero sí de presidentes: Santiago Bernabéu (Real Madrid), Ramón Sánchez Pizjuán (Sevilla), Manuel Martínez Valero (Elche), Carlos Tartiere (Oviedo), José Fouto (Mérida), José Rico Pérez (Hércules, en Alicante), Francisco de la Hera (Extremadura), Heliodoro Rodríguez López (Tenerife)… (algunos de ellos también fueron jugadores). Las excepciones son el Coliseum Alfonso Pérez (ex del Madrid, del Betis y del Barça) del Getafe y los campos de los filiales merengue (estadio Alfredo di Stéfano) y culé (estadio Johan Cruyff). Messi y Cristiano Ronaldo por ahora solo tienen estatuas.

En otros lugares, en cambio, sí son más dados a estos nombramientos y, por ejemplo, Johan Cruyff Arena es el estadio del Ajax, mientras que Diego Armando Maradona da nombre al feudo del Argentinos Juniors y al del Napoli, el escenario en el que el Barça buscará este jueves la clasificación para la siguiente ronda de la Europa League. No lo tendrá fácil, porque el conjunto partenopeo es un rival complicado, y porque los hombres de Xavi Hernández son imprevisibles e inestables, por muy eufóricos que lleguen tras golear al Valencia. Y porque la historia tampoco es favorable al once azulgrana.

El Barça ha participado en esta competición (con otros nombres) hasta en 10 ocasiones con el prometedor resultado de… ningún título. La última fue en la temporada 2003-04, en la que el equipo cayó en octavos ante el Celtic. Antes lo hizo contra el Liverpool (2000-01), Bayern de Múnich (1995-96), Bayer Leverkusen (1987-88), Dundee United (1986-87), Colonia (1980-81), PSV (1977-78), Liverpool (1975-76), Niza (1973-74) y Oporto (1972-73) en lo que supone su peor participación, ya que quedó eliminado en la primera ronda. Como se ve, las estadísticas son para temblar, pero también están para romperlas. A ver si el estadio Maradona le da más al Barcelona de lo que le dio el Pelusa en el campo.

Los jóvenes y los veteranos, así como los nuevos fichajes tienen la oportunidad de demostrar ante el Napoli que tienen fútbol suficiente para jugar en el Barça y, sobre todo, hambre de títulos, algo que se ha perdido paulatinamente a la par que aumentaba la media de edad de la plantilla. El equipo ha mejorado algo con Xavi, pero sigue lejos de lo que se espera de él. A estas alturas, parece que solo la ilusión puede decantar la balanza. De lo contrario, si el partido sale mal y los azulgranas quedan eliminados, los últimos tres meses de competición, sin nada en juego, se harán muy largos. Solo los rumores sobre Haaland podrán mantener viva la llama de la afición hasta verano.