El FC Barcelona quería sacarse la espinita esta temporada con la gran asignatura pendiente de Bartomeu: reforzar el baloncesto y hacer de esta sección, teóricamente tan querida por el mismo presidente que sabe más de canastas que de porterías, la niña de sus ojos. Por eso invirtió 35 millones para conquistar la soñada Euroliga. Justo una década después, coincidiendo con su aniversario de aquél 9 de mayo de 2010 que el Barcelona se impuso al Olympiacos en la final de París. Pero el coronavirus se lo ha llevado por delante. 

En algunos cosas ha favorecido. En el fútbol, por ejemplo, para recuperar a sus estrellas de algunas lesiones, algo a lo que también ayuda el nuevo sistema de cambios.... Pero en otras, no. Y este es el caso del baloncesto. La directiva y los jugadores lo emplazan para 2021 pero las cosas o se hacen en el momento o después pierden fuelle. Y si no, que les digan a los de los Juegos Olímpicos en Japón...

La cancelación de la competición europea es un duro golpe para el Barcelona. El ilusionante 'Dream team' con el que se vendía el verano pasado tendrá que guardarse en un frigorífico. Hablamos de Cory Higgins, Brandon Davies, Álex Abrines. Y Nikola Mirotic, por supuesto. Aunque no pierda la ilusión de volver.

En paralelo la ACB reúne entre hoy y finales de esta semana a los clubes para tomar una decisión. La idea de suspenderla también parece, ahora mismo, una realidad palpable por lo que me llega. Pero aquí la catástrofe todavía es mayor. Y es que muchos equipos ya no volverán porque sencillamente habrán bajado la persiana.