Javier Mascherano anunció su retirada del fútbol el domingo pasado. El argentino llegó al Barça procedente del Liverpool en el 2010 y se marchó ocho años después reconociendo que ya la condición física le imponía y la competitividad exigida por el equipo lo superaba. Fue contratado por Pep Guardiola para en principio suplir la baja de Touré en el mediocampo, pero acabó convirtiéndose en un excelente central. Carecía totalmente de eso que se ha llamado “ADN Barça”, tampoco era un futbolista al estilo de Pep, sino más bien lo contrario. Llegó con pelo y se lo dejó todo en el Barça, hasta unos ligamentos. 

Se va el futbolista que hizo de la camiseta de Argentina su segunda piel”, tituló “La Nación” al conocer su retirada. Pero Mascherano no solo convirtió la albiceleste en su segunda tez, sino que allá donde jugó acabó siendo un jugador de club. En un especial que BarçaTV dedicó al “jefecito”, Mascherano confiesa una advertencia que le hizo Pep a su llegada al vestuario azulgrana: “No me armes ningún lio”. Dice que Pep tenía miedo que su buena relación con Leo Messi pudiera causar problemas en el grupo. Temía el entrenador también que Mascherano manifestara su descontento si paraba más en el banquillo que en la cancha. No solo terminó convirtiéndose en uno de los extranjeros que ha jugado más partidos en el Barça sino que se ganó el respeto del vestuario y el cariño de la afición del Camp Nou. Fue y es un hombre fiel al club. Nunca se le ha oído una frase en contra de la entidad. Ni cuando defendió los colores ni tampoco cuando se marchó. Podía haber sido capitán con brazalete, pero prefirió hacer valer su voz y experiencia dentro de vestuario. Reconoció lo especial que es el Barça, admitió que este club y el talento de los jugadores con los que conquistó 18 títulos lo convirtieron en un futbolista más grande. Defendió con orgullo la camiseta blaugrana. Sin duda, es uno de esos futbolistas que sin llegar a cobrar lo que otros, a pesar de no haber nacido en La Masia, ha sido agradecido y ha tenido un comportamiento más generoso con la entidad que otros con el “ADN Barça” y mejor pagados.