Celebro que Leo Messi haya ganado la Copa América con la selección de su país. Me ha gustado su discurso triunfador en el que dedica su primer título importante defendiendo los colores de su Argentina querida a los 45 millones de compatriotas. Ahí deben incluirse con la cabeza gacha hasta los que lo bautizaron en su día de “pecho frío”. Me ha emocionado que se acordara del sufrimiento de las víctimas del maldito virus que nos ataca. También celebro que tuviera un especial recuerdo para ese genio del balón con el que perdía en todas las comparaciones. Diego Maradona ganó dos Mundiales, pero nunca venció en una Copa América, y aunque este título tenga menos valor, Messi ya puede decir que le dio un título a su patria. ¿Se lo debía? Habrá quien piense que sí. Quien nace argentino, crece con el mate, prepara asados, y mantiene toda su vida la cadencia de su habla. Messi es un ejemplo fehaciente de ello.

Con Argentina, a Messi le pasa lo contrario que con el Barça. Defendería los colores albicelestes gratuitamente porque cree que está en deuda con su país. Nunca exigiría un proyecto ganador y menos ahora que ha vencido siendo él menos perfecto que hace unos años y con un grupo de jugadores todavía menos relevantes. Puede que todo esto pase porque Messi está convencido que si el Barça lo ayudó a crecer como futbolista, él hizo más grande al Barça. Y esta suposición lo lleve a pensar que al Barça no le debe nada porque ya le dio todo.

Particularmente pensaba que al final de la temporada, Messi se dirigiría a la afición azulgrana como capitán, líder e ídolo de muchos niños y ofrecería un discurso tranquilizador sobre su final o su futuro en el Barça. Hay quien confía en que después de ganar con Argentina lo hará. Incluso Tonet, uno de los amigos de un grupo de culés que se denominan los Pere Anton Boys, mantiene una confianza ilusa en que Messi se bajará la ficha y acabará su carrera en el Barça.

En Brasil, sede de la Copa América, Leo Messi no ha querido distracciones. Ha estado concentrado al máximo. No se ha acordado en ningún momento del Barça. Quería ganar. Solo le importaba su Argentina, como todo buen argentino.