El Real Madrid fue mejor. Pero, sobre todo, el Barça fue peor. Excepto en el segundo cuarto, donde los azulgranas impusieron su superioridad casi por inercia, alertados tras el buen primer tiempo blanco. Ganó el Madrid pero, sobre todo, perdió el Barça. Tras muchos meses esperando este momento, los de Sarunas Jasikevicius tiraron la Final Four. Lo tenían todo a favor para ganar y no supieron. No quisieron lo suficiente. 

En otras ocasiones se ha señalado a Nikola Mirotic. Pero esta vez no. Esta vez, Mirotic estuvo solo. El serbio cuajó un partidazo en Belgrado y demostró la categoría que le ha valido el MVP de la Euroliga con unos números magistrales: 26 puntos, 12 rebotes, cinco asistencias y 39 de valoración. Sus compañeros, en cambio, no estuvieron a la altura del escenario. 

Bajo aros, hizo un buen trabajo Brandon Davies (15 puntos y cinco rebotes) pero nunca se le vio superior a los colosales Vincent Poirier y Walter Tavares, autores de tres tapones cada uno de ellos. Mucho más intimidatorios. Pero lo peor del juego interior culé fue la nula habilidad para proteger el rebote defensivo en los instantes decisivos, un aspecto que condenó a los blaugranas. Especialmente grave fue el rebote final que Yabusele (18 puntos y 8 rebotes) capturó entre Exum y el propio Davies

También brilló en la faceta anotadora el últimamente inspirado Nico Laprovittola. Firmó 17 puntos, pero tan solo caputó un rebote, regaló dos asistencias y perdió tres balones. Alguno de ellos, muy grave para un jugador de su categoría, como el que se dejó robar por Fabien Causeur justo después de que le metiese un triple en la cara. El francés hizo una acción de más cinco puntos en pocos segundos cuando ambos equipos estaban igualados en el luminoso a falta de 2:30 minutos. Si bien es cierto que Nico apareció para meter triples decisivos, hizo perder la ventaja obtenida con sus errores. 

Exum y Abrines anotaron siete puntos cada uno, pero tampoco estuvieron inspirados. Sobre todo el primero, que tomó decisiones equivocadas en momentos clave, cuando se jugaba el partido en los minutos finales. El Barça echó de menos a Calathes en esos últimos sgeundos, donde era necesaria la inteligencia, veteranía y clarividencia del griego para frenar la precipitación de sus compañeros. Algo que Pablo Laso encontró en el experimentado Sergio Llull (15 puntos, 3 asistencias y 3 rebotes).

Como dijo Jasikevicius en la rueda de prensa tras el partido, 52 puntos en contra en la segunda parte es "inaceptable". El Barça no falló en el apartado anotador, aunque perdonase algunos lanzamientos aparentemente sencillos. Lo que hizo fue facilitar en exceso la anotación del conjunto blanco, más fresco y poderoso. Pero, sobre todo, mucho más intenso y agresivo mentalmente.

El Real Madrid sigue castigando al Barça esta temporada. Sigue hurgando en la herida de un club en horas bajas. Y a pesar de las incontables derrotas que los blancos han sufrido este curso a costa del conjunto de Saras, el día más importante han sido capaces de imponerse. Como lo han hecho en Liga los de Ancelotti, sobradamente, a pesar de encajar el 0-4 del Bernabéu. La tortura culé de esta temporada acaba con el Madrid en las finales de la Champions y la Euroliga. Y Mirotic se ha quedado solo. Sin palabras. Rendido a sus ex.