Entre Lautaro, Pjanic y los más de 50 futuribles fichajes que la prensa ha puesto en la agenda del Barça solo hay uno que valdría la pena volver a ver vestido de azulgrana: Neymar. Sé que a una parte importante de la afición del Camp Nou le costará perdonar la marcha del brasileño cuando menos se esperaba y después de todo lo que hizo y padeció el club por hacerse con sus servicios. En aquel momento, mal asesorado y guiado por el afán crematístico de su padre más que por competir a un nivel que lo condujera en unos años a ser el mejor futbolista del mundo, y en definitiva, en el sucesor de Leo Messi, a Neymar no le importó nada de eso. Se marchó, sin despedirse, por la puerta de atrás, casi a escondidas, y hay que entender que eso sea difícil de olvidar y especialmente de obtener un perdón.

Pero hoy en día, detrás de Messi, no hay otro futbolista en el mundo que sea mejor que Neymar. El brasileño garantiza el espectáculo, pero también resultados, al menos eso lo demostró en sus años de azulgrana. Pero hay algo más importante todavía. Messi quiere a Neymar en su equipo. Incluso desde el vestuario han surgido voces dispuestas a poner dinero de sus bolsillos para hacer posible su vuelta.

Debilitados económicamente todos los clubs por la pandemia será muy difícil el retorno de Neymar al Barça. El PSG no es un club amigo y nadie cree ni sueña en una rebaja sustancial en el precio de venta. Pero si de algo estoy convencido es que por encima de Lautaro, Neymar es el fichaje que necesita el Barça.