Los jugadores del Barça tienen todas las energías puestas en esta Champions. La sexta Orejona es el gran objetivo del curso y, por ello, la concentración de la plantilla es asombrosa. “Estábamos todos pensando en el Manchester”, reconoció Arturo Vidal tras el triste empate (0-0) del equipo b en Huesca. La fijación es tal que los futbolistas ni siquiera se han inmutado con el triste incendio de Notre Dame. Ni una mención en las redes sociales. Y eso que hay cuatro franceses en el vestuario.

La noticia sorprendió el lunes por la tarde. Primero, el incendio de la catedral gótica y, después, la caída de su aguja conmovieron hasta al insensible Donald Trump. Se llegó a temer por la estructura entera del edificio pero, finalmente, solo ardió la cubierta y ha caído parte del techo. Cientos de personas se concentraron ante el templo para rezar, mientras millones de ciudadanos en todo el mundo mandaban energías positivas por las redes. Entre tanto, investigarán quién es el chispas que prendió fuego al templo.

Rastreando las redes sociales de los jugadores del Barça, sorprende el silencio en relación al desastre de Notre Dame. En Twitter, ninguno ha dicho nada. Es más, Luis Suárez sí se ha acordado de la tragedia de Hillsborough, que ocurrió el 15 de abril de hace justo 30 años. Aquel día murieron 96 personas aplastadas por una avalancha humana en las gradas del estadio de Hillsborough, en semifinales de la Copa de Inglaterra entre Liverpool y Nottingham Forest. Suárez jugó en el Liverpool antes de llegar al Barcelona.

En cuanto a Instagram, Ivan Rakitic es el único que ha publicado una imagen de Notre Dame en llamas. Lo que más me sorprende, sin embargo, es el silencio de los cuatro futbolistas franceses del equipo: Umtiti, Lenglet, Todibo y Dembelé. Vale, no tienen por qué publicar mensajes, pero tampoco les cuesta nada mandar un apoyo público a su tierra. Quiero pensar que no les da igual la destrucción de este símbolo de Francia y de Europa. Es más, quiero pensar que están tan centrados en la Champions que se han aislado del mundo. Dicho esto, el Barça ha devorado a los diablos rojos como el fuego hizo con la catedral.

Al margen de ello, también hay que preguntarse cómo es que un país como Francia no tiene dinero para restaurar, primero, y reconstruir, después, la catedral de Notre Dame. Han tardado años en recaudar fondos para reparar el templo y, cuando se han puesto a ello, lo han calcinado. Las grandes fortunas galas ya han anunciado que aportarán millones y millones para arreglar cuanto antes la casa de Quasimodo.