Vamos a exponer los motivos y el contexto que ha originado la salida de Leo Messi. De entrada, entre la rueda de prensa del presidente y la del mejor jugador del mundo, ya hay un decalaje que indica que no van a la par. Aquellas fotos en las últimas elecciones viendo a un Messi votar por primera vez y luego abrazarse a Laporta en la Copa del Rey, ya son historia. La vida ha dado un giro de guión. Falla la premisa de entrada: si los dos quieren, ¿por qué no llegan a un acuerdo? Esto es como las parejas o los amigos: dos no se pelean si uno no quiere. En este caso, Laporta no quería que siguiera Messi.

Las razones, aquí van. De entrada, tenemos el entrenador. Antes de marcharse de vacaciones, el argentino le dijo a Laporta que no quería a Koeman en el banquillo. Al final, el holandés se queda y, con la excepción del Kun, con un equipo pensando más en el entrenador que en los deseos de Messi.

Por otro lado Laporta quiere ordenar el vestuario. Un equipo lo es por el rendimiento que da en el campo y por la cohesión que tiene de puertas para dentro. En este caso, Messi creaba muchas divisiones: había demasiados grupos y, aunque pese decirlo, hay jugadores que han celebrado su marcha.

Para terminar, el tema económico. Laporta, aconsejado otra vez por Masip, ha visto que la mejor solución era adelantar el final. Es evidente que el Barça está quebrado pero antes de un gesto como este, tocaba anunciar una acción de responsabilidad contra la junta de Bartomeu o no aprobar las cuentas del último ejercicio… si es que esas son la causas que han motivado la salida de Messi, como ha reiterado el presidente. 

Cierro con una última reflexión. El no de Laporta se basa en muchos motivos pero también en las condiciones que le dieron sus avalistas. Es evidente que el presidente puede tener su opinión formada y seguro que quiere a Messi en el campo. Pero ahora ha valorado el momento y, por encima de todo, lo que los poderes que le han dado la silla del club le exigen para que siga en ella. Sólo estos, valorando las consecuencias de no tener a Messi, podrían provocar un giro de guión inesperado.