El anuncio de Leo Messi de marcharse del Barça ha dejado más que herida a la afición azulgrana y ha causado un fuerte impacto en el fútbol mundial. Estoy convencido que la decisión del mejor jugador que ha tenido el Barça en toda su historia ha afectado a todo aquel que estima sinceramente a esta entidad. Sean nuñistas, cruyffistas, guardiolistas, laportistas, rosellistas o bartomeusistas y messistas.

La posible marcha de Messi por la puerta de atrás del Camp Nou ha dolido en lo más profundo, ha pinchado la fibra, el sentimiento barcelonista y la lágrima azulgrana ha sido derramada por jóvenes que crecieron intentando ser zurdos, dominando el balón, driblando rivales y marcando goles como lo hacía Messi. También ha afligido a mayores que no habían vivido una época tan esplendorosa y hermosa en el club de sus amores.

Las redes sociales han explotado y se han despachado a gusto en todas las direcciones, algunos escritos exhiben buenos sentimientos, y otros solo dan asco. “Empiezas a patear el balón con 4 años. En el cole os asignáis nombres de jugadores y te peleas por el suyo. Pides el mando de la PlayStation para poder jugar como él. Pagas para ver a tus ídolos en el campo. La pasión del fútbol nace gracias a ellos, no en las oficinas. “Aquí tienes otro bot @jmbartomeu”, concluía un tuit de un joven de 22 años.

Duele que Messi quiera irse después de una derrota dolorosa, y que ya puestos a culpar a Bartomeu de todo lo que pasa en este mundo se le añada esta última decepción. Pero esperaba que el argentino aceptara el reto de liderar el proyecto de Koeman y que deseara un desquite en la Champions. Y ahí ha decepcionado a muchos barcelonistas que creían que acabaría su carrera en este club, en esta Barcelona que le dio todo, que lo ha respetado, a él y a su familia, y en la que ha vivido mejor que lo que hubiera podido vivir en su tierra natal.

La amargura y desolación del barcelonismo se entiende. Pero hay escritos que no tienen razón de ser, puestos en la red por dignos representantes del llamado Patrón del Mal, que acostumbraba a amenazar a sus víctimas con un “sabemos dónde vives”, y luego enviaba a sus sicarios a ejecutar la vil intimidación.

Lean y juzguen estos dos tuits: “Que no calgui en l’oblit que l’autor real de tota aquesta destrucció és Alexandre Rosell Feliu, el tal Bartomeu és una titella seva que ha firmat tots els papers mentre l’altre anava fent des de l’ombra. Que cap dels dos pugui entrar mai més al Camp Nou sense pasar por”. Lo firma un tal RMC2F @skooldaze_.

Y el segundo, enviado por un tal Jenny @Jennybcn3: “El nuñismo está destruyendo al club y al mejor jugador de la historia. Ojalá Sandro Rosell vuelva a la cárcel y Bartomeu a la Uci. La casa de Bartomeu la conocéis todos. Si le pegan, nadie le echara en falta. La policía hasta lo agradecerá. Fuera yaaaa está destruyendo al club”. Y hay un tercero de un tal Roger Vinton que ayer pidió una concentración en casa de Bartomeu. Esto es otro tipo de sentimiento azulgrana. Esto es propio de patrones del mal. Totalmente detestable.