Respondiendo directamente a la pregunta del titular, el dispositivo de seguridad en el Camp Nou es competencia única y exclusiva de los Mossos d’Esquadra, que se coordinan con el club. Con la anterior junta de Bartomeu, se añadieron dos nuevas medidas que afectan directamente a los espectadores: a los socios se les exigirá el carnet, pero también el abono para que se correspondan con las acreditaciones.

Aleatoriamente también se puede pedir el DNI. Y también se prohíben mochilas, cascos, bolsas de mano… En definitiva, sólo quedan los bolsillos de los pantalones. Son medidas que han ido aceptando variantes. Sin ir más lejos, en la Premier se permiten, en ciertos campos, bolsas transparentes pero de medidas reducidas. Todo ello son aspectos que afectan y se determinan según el partido y el rival. Y yo me pregunto, ¿de verdad que viendo la marea humana de alemanes meándose y gritando por Barcelona, nadie pudo determinar que este partido requería de activar el botón del control estricto?

En paralelo a la responsabilidad de los Mossos, me pregunto qué nivel de coordinación ofreció Laporta al Departament d’Interior de la Generalitat para prever tal ridículo. Y, si no ocultar información (pero sí omitirla) debe tener consecuencias. Es pública y notoria la buena sintonía entre la actual directiva de Laporta y el Govern, pero de aquí a que esto pueda distorsionar los principios del rigor y pueda derivar en causas mayores, hay una gran diferencia. La suerte, otra vez, ha hecho que el no lamentar ninguna desgracia haga que todo se reduzca a la anécdota y a tener al culé enfadado durante unos días. Pero el análisis y la praxis llevada a cabo es mucho más grave de lo que pensamos.

La anterior imagen lamentable fue la salida de Koeman con el coche después de perder el primer clásico de la temporada el pasado octubre en el Camp Nou. También ocurrió algo similar con Umtiti. Los hechos sucedieron fuera del campo, no dentro. Sea como sea, una más que demuestra cómo la seguridad, se mire por donde se mire, se tambalea desde hace tiempo. Y de momento, así seguimos: se tapan los unos a los otros. Lamentable.