En la vida se debe ser humilde y reconocer cuando las cosas dan un giro inesperado. En este caso, siempre aposté por las negociaciones de Robert Lewandowski desde el minuto cero. Pero también reconozco que las cosas se torcían y llegué a verlo muy crudo, incluso para aventurarme a que no llegaba, hace unas semanas. Finalmente, no ha sido así. Y me alegro equivocarme, aunque mis predicciones se basaban en la información que me llegaba y en ningún caso en una bola de cristal.

Dicho esto, tres consideraciones. De entrada, por fin el Barcelona tiene un referente en el equipo que le devuelve, aunque sea de momento sólo en imagen, el prestigio del gran club que ha sido en los últimos años, pero recientemente había perdido. Por otro lado se constata el afán del club para apostar por Ansu Fati. Dembelé no puede ser su segundo, ni mucho menos, y Lewandowski allí estará cuando el joven no pueda llegar por sus imposibilidades físicas. No viene a sustituirlo, pero sí a complementarse a la perfección, cada uno con sus más y sus menos.

Si al final se ha quedado Dembelé es porque no tenía otra oferta mejor, nadie lo quiere por la talla de megacrack con la que llegó en el mandato Bartomeu. A la vez, Mateu Alemany ha conseguido hacerlo pasar “por el tubo” y cerrar un contrato que, al fin y al cabo, tampoco les va mal y saben que no encontrarían nada mejor.

¿Qué hay detrás de este fichaje? Es evidente que el sangrado azulgrana se debía frenar de una vez por todas. Aunque haya muchas deudas, a nadie le interesa tener un club como el Barça en horas tan bajas como las que estamos viviendo. De aquí, que el mismo Florentino Pérez, haya ido de la mano con Joan Laporta para declarar la guerra a Javier Tebas y una LFP cada vez más débil. Esto me recuerda a la época de la Restauración española: Cánovas y Sagasta eran rivales y dos perfectos aliados que se complementaban para repartirse el poder entre ellos durante toda la época que estuvieron al frente.

Para terminar, queda el melón de las comisiones, pero este, si os parece bien, lo dejo para un próximo capítulo veraniego.