¡Renovado! ¡Por un año más otro opcional! ¡Tendremos cuatro años de Valverde! (...)

Rebajemos la euforia. Lo que este viernes se ha vendido como la gran noticia del Barça para la parcela deportiva, la renovación de Ernesto Valverde hasta 2021 –cuando termina el mandato de la junta actual–, no ha despertado tanta alegría como se esperaba.

Las redes sociales han ido repletas de comentarios muy críticos contra el Txingurri por su estilo de juego conservador. Abrumaba acudir a las cuentas de Twitter del Barça y comprobar como las noticias sobre la renovación de Valverde se inundaban de mensajes negativos.

El extremeño es un grandísimo entrenador, pero su estilo amarrategui no convence a buena parte de la parroquia culé. Muchos todavía no perdonan el desastre de Roma y ningunean un doblete que en otras etapas de la historia del club habría caído como agua de mayo.

Valverde es pragmático, moderado y resultadista, unas cualidades que encajan a la perfección con la junta de Bartomeu, más preocupada por llenar arcas y vitrinas que por la imagen que proyecta. Por este motivo, el presidente ha firmado hipotecar su futuro al del técnico... juntos hasta el final.

Pero... ¿Creen ustedes que se cumplirá ese acuerdo? Ni el propio Valverde ha sabido contestarlo esta tarde en rueda de prensa. Al pobre le han caído dos preguntas en tono negativo nada más empezar, como dando por hecho que no se conseguirían los objetivos. ¡Hasta ha fruncido el ceño!

La realidad es que esta es una renovación con trampa. Un acuerdo que, como bien ha dicho el Txingurri, busca estabilidad, que no haya distracciones y se sustenta por encima de todo en la magnífica relación que el técnico tiene con la plantilla. Especialmente porque es buena con Messi.

Si Messi está feliz, Bartomeu y su directiva están felices porque eso será síntoma de tranquilidad para unos cargos cada vez más ciclotímicos. Pero no nos engañemos.

Hace un año, Valverde estuvo a punto de ser ejecutado por la hecatombe de Roma a pesar de terminar el curso ganando Liga y Copa. Se libró por los pelos y el nuevo curso empezó algo tenso.

Bartomeu se ha empeñado en decir que Valverde seguirá en el Barça aunque no gane nada. Es lo que le toca decir, no queda otra. Y el propio míster ha sido claro: “El acuerdo se firma porque hay voluntad de cumplirlo”. Voluntad. Otra cosa es que realmente se cumpla. Y eso dependerá de los resultados. Pero no de todos.

Valverde tiene el aval de que no es tan importante como juegue el equipo mientras gane. Tiene el aval de que puede perder la Copa... y hasta se podría permitir el lujo de que se escapase la Liga... Pero si fracasa en la Champions, según cómo fracase y aunque levante la Liga, esos cuatro años quedarán en dos. Que nadie lo dude.