El miércoles en La Ronda de Radio Marca Barcelona, como en otras tantas ocasiones, le preguntaba al compañero y amigo Víctor Malo por una información que publicó en Culemanía sobre un amigo muy cercano de Dembelé. Minutos después, el mensaje que se escribió en el Twitter del programa con sus declaraciones fue difundido por el mismo Dembelé en esta red social. Y a partir de ahí, incendio absoluto.  No esperábamos que se generara tanto revuelo así que vayamos por partes con un discurso que, por mi parte, pretende ser conciliador.

Al César lo que es del César. La información que incomodó al entorno del francés es una exclusiva de Víctor.  El mérito es suyo. Una información que analizada con detalle no parece nada extraña, y que se debe asumir con toda la naturalidad del mundo. 

Lo que ya no es tan natural, y permitidme que dude, es que en un día de fiesta para el equipo, Dembelé estuviera tan activo en Twitter a las 9 de la mañana. Sí, desde las 9 horas hasta bien entradas las 11 de la mañana y en un castellano perfecto. ¿Seguro que era él quien estaba detrás de esos mensajes? ¿O tal vez era el otro protagonista de la historia, quien gestionaba su cuenta? No tengo ganas de seguir tirando de la manta ni de hablar más de la cuenta pero creedme si os digo que Dembelé NO estaba a cargo de su Twitter en esos momentos.

Y como os decía antes, prefiero tener la fiesta en paz y deseo seguir viendo la mejor versión de Ousmane Dembelé. Que cada uno haga lo que quiera con sus amigos y su dinero siempre y cuando su rendimiento esté a la altura de un jugador del Barça. Si es así, nosotros le ayudaremos. ¡Força Ousmane! ¡Y força Víctor Malo!