Tras tres jornadas de Liga en las que el Barça solo ha sumado cuatro de nueve puntos empiezo a ver apariciones de fantasmas duros opositores de los que siempre hemos defendido que por encima del juego y de un montón de puñetas está el resultado. Hasta Johan Cruyff defendía esta teoría. “Lo más importante para que el culé esté contento es estar siempre por encima del Madrid”, venía a decir, pero estas son las frases que han desaparecido de las memorias de algunos de los que se atribuyen la exclusividad de admiración sobre el genio holandés. Algunos admiradores, como quien escribe este artículo, siempre recordarán a JC por todo. Por lo bueno y por lo malo.

Pero resulta bien extraño que gente que ha reducido a la mínima expresión la consecución del último título de Liga del Barça bajo la excusa de que se ha obtenido ante el peor Madrid de la historia, ahora, con tan solo jugadas tres jornadas, haya comenzado a poner incógnitas a las posibilidades del club azulgrana de renovar el título, y, especialmente, parezca preocupada porque se perdió en San Mamés y se empató en Pamplona. Lo cual demuestra, sin duda alguna, que en el fondo lo importante es el resultado. Puedes jugar mejor o peor, practicar el mejor fútbol del mundo, tener la posesión del balón, pero sino ganas, no eres nadie. Si ganas y controlas la clasificación nadie puede discutir tu jerarquía.

Otra frase de JC era aquella que decía que nunca había visto a un equipo proclamarse campeón en diciembre. Pues mucho menos en septiembre. Los aficionados de verdad del Barça están obligados a pensar que en estas tres jornadas su equipo ha jugado no solo sin Messi, sino también sin Lucho Suárez. Y que otros tantos jugadores han estado desestabilizados mentalmente por la rumorología que los situaba como moneda de intercambio en la negociación por Neymar.

Lo verdaderamente inquietante en el juego del Barça son sus primeras partes. A Johan, por ejemplo, le encantaba definir los partidos cuanto antes mejor, y así poder dar descanso a determinados jugadores. Este Barça no ha salido en ninguno de los tres partidos que ha jugado a imponer su juego. Todo lo contrario. Ha salido con el freno de mano puesto y en una posición más defensiva que ofensiva. Y solo hasta el segundo tiempo ha mostrado su auténtica cara. Creo que en el momento que Valverde prepare a ese equipo para atacar desde el minuto 1, que salga desde el vestuario con ganas de liquidar el partido lo antes posible, el Barça volverá a sumar más puntos y tendrá los resultados que toda su afición desea.