Podría ser el título de una novela o una película de cualquier escritor o director consagrado, mediático y estadounidense. Lejos de poner algún ejemplo con nombre y apellidos, el paralelismo es evidente para entender lo que supone, a día de hoy, ganar en el Barça. De las palabras de Messi y ahora Piqué se deduce una única idea clara: interesa ganar para tapar muchísimas cosas. La protección y ponerle el santo inocente al presidente Bartomeu sobre la mala gestión del club, los escándalos acerca de las contrataciones en el ámbito comunicativo a empresas externas o la política de fichajes rocambolescos, hacen ver claramente que están protegiéndole, y en consecuencia a la propia institución, el club, y a ellos mismos. Porque en una situación, a camino del caos, lo que menos interesa es desatar cualquier bomba o desencadenante que lo ponga todo patas arriba. Las grandes estrellas del terreno de juego lo saben, también que están llegando a unas nuevas elecciones y se dejan querer por todos… Y nadie. No hay un feedback personal y de carisma entre equipo y directivos pero también saben que a todos les interesa remar en una única dirección. Si la pelota no entra, las culpas se reparten. Todos tienen mucho que callar de los unos a los otros. Favores, miradas hacia otro lado cuando ha convenido e incluso negocios empresariales firmados entre ambas partes. ¿Os acordáis del patrocinio de un tal Rakuten para la camiseta gestionado por Piqué y después un documental financiado por el club a Piqué y sus negocios? Pues eso.

Interesa ganar porque de ello dependen copas, dinero y un futuro directivo.