La selección española tiene muchos males pero el principal es que no tiene una seña de identidad propia, no tiene un once definido, no tiene un bloque de jugadores claros. Me gusta que Luis Enrique dé oportunidades a todos, que impere la meritocracia en el grupo pero tantos cambios en una selección son contraproducentes.

En tres partidos las alineaciones del asturiano han variado muchísimo y con tan poco tiempo para trabajar juntos es perjudicial. No hay tiempo de adaptación y los engranajes no funcionan. Es cierto que ayer ante Ucrania y que hace una semana contra Portugal la lectura y la crónica podrían haber sido muy diferentes si la pelotita hubiera entrado, si hubiera estado la figura de un 9 que hubiera sido decisivo.

También la figura de un portero al que no le pese la responsabilidad de la portería de la selección. Por mucho que se empeñe en defenderlo Luis Enrique, ayer De Gea no estuvo acertado en el gol de Ucrania. A la selección le faltan galones y experiencia, le faltan jugadores cinco estrellas como los de la generación que ganó dos Eurocopas y un Mundial. Hoy por hoy el objetivo de cara a la Eurocopa vuelve a ser aquel hace años, pasar de los cuartos de final.

Por suerte o por desgracia, hasta dentro de un mes no volveremos a ver a 'La Roja' en acción, pero seamos sinceros a todos nos apetece volver a saborear el fútbol de clubes con un calendario apasionante que ya tenemos a la vuelta de la esquina. El parón además, ha servido para que hombres como Griezmann, Pedri y Riqui Puig recuperen la confianza y que Messi también haya podido desconectar del ambiente crispado Barcelona con dos victorias balsámicas con Argentina. Se acaba el periplo de selecciones, vuelve el fútbol de verdad.

Keep calm & Ronald Koeman

Koeman sigue hablando claro y de cara, como lo lleva haciendo desde el primer día y de momento no parece que esto vaya a cambiar. Es una suerte escuchar a alguien de su nivel tratar temas tan espinosos como estos y no esquivarlos como otros harían. Koeman o como coger el toro por los cuernos.

Pero al holandés precisamente no le pedíamos mejor rendimiento ante los medios, esto sólo es un extra. Con algunas dudas sobre su pasado y con algunas manchas en su expediente, aterrizaba en Can Barça en medio de un mar de dudas y en el peor momento de los últimos 20 años del club. Koeman llegaba para hacer cambios en el vestuario que permitieran al culé volver a disfrutar y conectarse con el equipo y de momento, y aunque sea muy temprano para valorarlo, lo está consiguiendo.

Salidas sonadas, decisiones importantes, más trabajo en los entrenamientos y sangre nueva. No le tiembla el pulso. Él es el líder dentro de este vestuario y eso es lo que necesitaba el equipo, alguien que les hiciera volver al camino correcto. Sin miedo para dar la alternativa a los jóvenes, sin miramientos para sentar a las vacas sagradas, con una idea propia y clara y galones, sobre todo galones, para tutear a las estrellas.

Insisto y sé que todavía es demasiado temprano para sacar una conclusión en firme sobre la figura de Koeman como entrenador del Barça pero de momento tenemos motivos para ser optimistas con el trabajo del holandés. Así que 'keep calm & Ronald Koeman'.