Estos días el calor no me deja dormir, meterme en la cama se ha convertido en un suplicio y conciliar el sueño es una misión casi imposible. Están siendo días de 'comer mucho techo', de dar infinitas vueltas por el colchón y sobretodo de dar rienda suelta a los pensamientos.

El más recurrente es futbolístico. El pulso se me acelera cuando empiezo a recordar algunos partidos de la infancia y la juventud, momentos imborrables que me producen satisfacción y frustración a partes iguales. ¿Cómo sería haber jugado en un Camp Nou lleno hasta la bandera? ¿Qué consejos me daría Messi? ¿Cómo sería mi día a día siendo futbolista profesional? Estas fantasías y reflexiones no es que sean un buen somnífero pero al menos ayudan a combatir mi aburrimiento.

En una de estas noches soñé con el partido de hoy contra el Bayern de Múnich. Evidentemente yo no estaba jugando, lo vivía como cualquier aficionado. Los hombres de Setién y los de Flick nos brindaban un brutal espectáculo de juego, goles y emoción en un partido de los que marcan época y que se decidía en los penaltis. No apto para cardíacos y con un final que no os voy a desvelar.

Tots units fem força reza el himno y hoy es cuando hay que demostrarlo. Los jugadores deben remar todos en la misma dirección, sin reproches y con orgullo. Queremos volver a disfrutar con este equipo, queremos ver a Messi levantando la sexta Champions del club. 

Mi sueño y el de todos los culés todavía es posible. La ‘orejona’ está a solo 3 partidos y si el Barça es capaz de eliminar a un Bayern que va sobrado de bocazas, volverá a ser el favorito para alzarse con el título continental. A más de uno le duele el estómago solo con pensarlo pero para los culés es lo más cercano a un sueño erótico.