Tras el partido contra el Slavia de Praga, Ter Stegen y Busquets fueron los únicos jugadores que atendieron a las televisiones y lo tuvieron que hacer por obligación. Ningún otro jugador del Barça se detuvo en la zona mixta para atender al resto de medios, el motivo que dio el jefe de prensa del primer equipo es que los jugadores estaban muy calientes y enfadados después de la imagen que habían dado en Praga.

Así no irán a ninguna parte. Es problema de juego y de actitud, los partidos no se ganan sin bajar del autobús y en la Champions todavía menos. Una vez más el portero y los centrales fueron los más destacados del partido y el resultadismo se sigue imponiendo a cualquier tipo de estilo de juego.

Las buenas sensaciones del sábado han dejado paso a una avalancha de dudas que despiertan los viejos fantasmas del pasado. 

Optimismo FC 

No todo tiene que ser negativo. Optimismo que debe empezar a sonar en Can Barça. El equipo debe empezar a parecerse a la versión que todos queremos ver y varios de los pesos pesados del primer equipo deben dar un paso adelante. 

Optimismo con Griezmann y la MSG, el nuevo tridente tiene que entenderse, eso será sinónimo de goles y espectáculo. Optimismo con Umtiti que volvió jugar y lo hizo con buena nota, esperemo que se vuelva a recuperar pronto. Optimismo con De Jong quien salió ovacionado de Eibar y sigue creciendo a gran velocidad, podemos estar ante el mejor fichaje de la década. En definitiva, optimismo con este Barça que ya es líder en Liga y Champions. 

Calienta Mourinho

No llevamos ni tres meses de competición y el R. Madrid ya juega sus primeras finales del curso. Zidane y el Madrid salieron vivos del infierno de Estambul tras enfrentarse en un 'épico' duelo contra un equipo repleto de viejas glorias que están dando sus últimos coletazos como profesionales. 

El Madrid viven en una situación prácticamente límite y muy poco habitual en la Liga de Campeones. Los de Zidane son un equipo sin ideas, sin fútbol, sin alma, sin sangre... y una vez más los cimientos de la Casablanca se convierten en arenas movedizas. Mala planificación deportiva, mala preparación física y todavía peor disposición táctica. Ya no hay Felizidane, se ha acabado la paciencia y la desesperación del madridismo está llegando a su límite, otra vez.

Lástima que este fin de semana no haya clásico. De momento  Zidane aguanta en el cargo, pero cuidado, que según lo que pase en los próximos partidos, Florentino pondrá en marcha el plan B. El regreso de Mourinho cada vez es más factible.