Es hora de afrontarlo, astuto lector: el Barça, ahora mismo, no pinta nada en el fútbol. Y no solo por su eliminación copera a manos de un Athletic vivaracho, o porque un Madrid vulgar como un cinturón de esparto le doblara la mano en la Supercopa, o por su incapacidad para hilvanar un desempeño futbolístico regular no ya dos partidos seguidos, sino durante más de 60 minutos de un mismo encuentro.

Además de todo eso, fíjese: las últimas noticias de su vía crucis en el mercado invernal son que el Ajax se niega a cederle a un lateral izquierdo, que su más prometedora y martirizada joven estrella desoye los consejos de sus médicos, y que su plan para tratar de fichar al delantero centro de la selección española puede desembocar en que regrese al redil azulgrana Adama Traoré, jugador número 12-13 del todopoderoso Wolverhampton y el único futbolista de la Premier que pierde uno de cada dos balones y medio en las jugadas ¡de sus recopilatorios de Youtube! Estas dos últimas tropelías, of course, don Jorge Mendes mediante. Un paparajote, vamos.

Y todo esto es sintomático, claro. Porque el agente que inventó unos premios solo para poder dárselos a sí mismo y a Cristiano Ronaldo acredita en este momento mucha más solvencia en el planeta balompié que un Barcelona que anuncia travesías transatlánticas pero siempre sale de puerto en un barquito de papel. El realismo mágico que la llegada de Xavi trataba de imprimir a un equipo desnortado y sin referencias fue bonito mientras duró, pero el chapapote de la mediocridad ha terminado por apelmazarle las plumas. Pedri sigue siendo buenísimo y generando fútbol con la misma facilidad que Brad Pitt causaba humedades, pero entre que nunca se puede cazar ese gamusino llamado 'la recuperación de Ansu Fati', que con Dembélé se sospecha que, como siempre con este muchacho, ocurrirá lo que peor le pueda venir al Barça, y que cualquier otra posibilidad de meter más de medio gol por partido empieza de cero, acaba de llegar o se iba a ir pero al final se queda... pues usted dirá.

Porque con la defensa verbenera azulgrana, esa por la que básicamente cualquiera le mete tres a Ter Stegen, estaba claro que había que contar. Pero lo de tener a seis delanteros en plantilla, más otros dos que han subido del filial, y llevar dos goles menos que el Sevilla en Liga es una tela pero bastante marinera. Así que ya sabe: toca agachar la cabeza, esperar al cierre del mercado el lunes, al forensic feroz del martes y que el domingo que viene el Atlético no se haya venido arriba con el documental ese que al parecer intenta enmendarnos la plana a todos aquellos que pensábamos que el Cholismo era palmar la Champions contra el Madrid y, dos años después, lo mismo. Pero no me lo diga, que al Barça le colaron a Arda y Griezmann y ganaron la pasada Liga con Luis Suárez de pichichi. Así que ya sé yo que bromas con estos, las justas.

P.D.: Nos vemos en Twitter: @juanblaugrana