Cada vez más, la economía del trueque se vislumbra en el Barça como solución para montarle un nuevo equipo a Quique Setién. Como explica hoy el compañero Víctor Malo en un completo reportaje, desde el punto de vista contable el intercambio de jugadores tiene sus ventajas. Muy resumidas: el valor del que se va se computa íntegramente como ingreso (venta) para el club, mientras que el precio del que llega se puede desglosar como compra en varias temporadas. O sea, si cambias a dos jugadores que tasas en 40 millones, puedes apuntar que ingresas 40 en un solo año pero también que pagas 10+10+10+10 en cuatro. Son las gallinas que entran por las que salen, y sin embargo el balance anual sale muy a tu favor. Magia. Otra cosa es que en el canje salgas ganando en lo deportivo, claro. Por eso sorprende que uno de los nombres incluidos en este cambalache sea el de Miralem Pjanic.

Es un prurito muy del Barça declarar que está interesado en un delantero, un central y un lateral para la próxima temporada pero terminar echando las redes también a un buen mediocentro. Y no me voy a quejar, todo lo contrario. En el Barça se puede vivir sin cualquier cosa, excepto sin mediocampo. De hecho, el mejor jugador de la historia del club y del fútbol merece tales títulos porque no es solo un delantero superdotado sino también un centrocampista formidable. Cuando acabe el mes de junio y se compruebe si los inventos de Tebas han salvado al Madrid de una nueva humillación liguera, volverán a la plantilla del Barça los cedidos, aparecerán algunas caras nuevas, casi todas muy jóvenes, y entraremos en una fase de corte y confección más compleja de lo habitual. Si cristaliza la opción de que un jugador del empaque de Pjanic sea parte del proyecto, habrá motivos para afrontarla con más tranquilidad.

El bosnio es ágil de mollera, templado y preciso. "Criterioso", que diría El Tata Martino. Siempre lleva la cabeza levantada y corta las líneas de pase con bisturí, no con tijera. Y la única manera de desaprovechar parte de su talento será no fichar a un lateral derecho al que también pueda abastecer de balones diagonales para que entre al área como un puñal. Porque con Jordi Alba lo hará una y otra vez, está claro. Seguramente por eso se maniobra para incluir precisamente a De Sciglio en la operación. El lateral italiano no es un velocista pero ataca bien en los dos perfiles, lo que te permite mucha flexibilidad con las alineaciones. Las luces en la dirección deportiva azulgrana, definitivamente, están encendidas. O eso, o ahora beben mejor café. 

En todo caso, con nuevo lateral diestro o sin él, a poco que el Barça retorne a unos estándares de preparación propios de la élite, contar con De Jong y Pjanic en la misma línea de juego puede ser un factor definitorio para las próximas temporadas. Que serán las últimas de Messi, recordemos. Por eso no me interesa si Pjanic tiene 30 años o 26. Ya sabe usted, astuto lector, cuál es el único DNI que me importa de aquí a 2023. Ojalá se pudiera rodear a Leo con Ronaldo, Rivaldo, Guardiola, Zidane, Roberto Baggio, Eto'o y Batistuta a sus edades actuales. Qué más da, si seguirían ganando a todo el mundo.

Obviamente, en todo intercambio también hay que tener en cuenta lo que se ofrece. Pero si lo peor que le puede pasar al Barça en este en particular es que se le vayan Todibo, y Rakitic o quizá Arthur, aunque yo creo que al brasileño se le puede sacar mayor tajada, no lo veo ningún drama. En serio, aquí el único drama son los 33 que le caen a D10s el 24 de junio. Y nosotros discutiendo de mascarillas...

P.D.: Nos vemos en Twitter: @juanblaugrana