Florentino Pérez durante la asamblea de compromisarios del Real Madrid / EFE

Florentino Pérez durante la asamblea de compromisarios del Real Madrid / EFE

Real Madrid

El modelo de futuro de Florentino Pérez en el Real Madrid acaba en conflicto

El actual presidente blanco pretende un proyecto faraónico

24 septiembre, 2018 19:00

El pasado sábado 23 de setiembre se llevó a cabo la asamblea de compromisarios que convocó Florentino Pérez para tratar uno de los temas que más controversia han levantado entre los socios y aficionados del Real Madrid.

Florentino Pérez quiere estar al frente de una majestuosa remodelación del estadio Santiago Bernabéu, un proyecto que le daría al conjunto blanco un hogar de primera categoría y que abriría paso a una era de modernización.

Para este propósito se necesita mucho dinero y el objetivo de Florentino Pérez es conseguirlo en forma de crédito, concretamente de 575 millones de euros en un plazo de 35 años.

Pies de plomo

Tratar un tema de tal envergadura es de lo más complicado, pues el presidente del Real Madrid sabe que las críticas de los que no están a favor de su política aparecerán de inmediato. Así fue, muchos de los socios compromisarios asistentes le criticaron la falta de transparencia a la hora de informar cobre las condiciones de este crédito que llevará al club al mayor endeudamiento de su historia.

Florentino Pérez no pasó su tarde más agradable, pero ante la retórica desafiante de varios socios compromisarios que se expresaron en el atril, el presidente blanco contestó ensalzando algunas de las que considera sus mayores victorias al frente de la presidencia del conjunto blanco.

En otras palabras, enorgulleció al madridsmo más férreo desviando la atención del tema principal, pero con el objetivo de que éste fuese aprobado por un público atónito ante las palabras de 'su' presidente.

Así es como Florentino Pérez consiguió su propósito y se votó a favor de seguir con el proceso de solicitud del crédito, asumiendo el endeudamiento estratosférico del club. Concretamente el presidente del Real Madrid consiguió 1.017 votos a favor, muy por encima de los 57 que se postularon en contra y los 23 que se abstuvieron.

Defensa ante las críticas

Las críticas a la gestión de Florentino Pérez llegaron incluso antes de que se iniciara la asamblea. Precisamente un expresidente blanco, Ramón Calderón, compartió su opinión a través de Twitter. El exmandatario ironizó expresando que al conseguir esta deuda Florentino Pérez se convertiría en el dueño absoluto del club, sentenciando que incluso sería “mejor”, ya que así no tendría que “dar explicaciones a quienes siempre a despreciado”.

Las críticas de este tipo se trasladaron a la asamblea en sí, aunque Florentino Pérez utilizó tres argumentos con las que las acalló y recibió el sonoro aplauso de los que están a su favor.

La principal defensa del presidente del Real Madrid a favor de su gestión fue el que ya no hay violentos en el Santiago Bernabéu. Según Florentino Pérez, para que esto sucediera tuvo que aguantar muchas amenazas, pero que en ningún momento se detuvo.

En este punto también surgió la duda de cómo gestiona el presidente blanco la grada de animación ubicada en el fondo sur, de la que aún no se conocen sus privilegios.

Muy del Madrid

Ante la negativa de algunos a solicitar el crédito, Florentino Pérez utilizó su segunda baza, contestando que por lo menos los críticos son socios compromisarios del Real Madrid y no como en épocas anteriores en la que a estas asambleas de compromisarios “entraban hasta los del Atleti”, según palabras del mismo mandatario.

Por último, alguien le preguntó que porqué no financiaba él mismo con sus recursos económicos el proyecto. Respecto a ello, el mandatario blanco recordó que gracias al aval de 107 millones de euros que pagó de su bolsillo al llegar al Real Madrid se pueden seguir celebrando este tipo de asambleas y dar voz de forma pública a los socios compromisarios.

Las respuestas de Florentino Pérez generaron ovaciones de la mayoría de los presentes, pues con las acciones comentadas nadie podía poner en entredicho su compromiso con el Real Madrid. Sin embargo, fueron varios los que se marcharon desconformes y con la sensación de no poder hacer nada para salvar al club blanco de un endeudamiento sin precedentes.