Una foto de Sergio Busquets durante un partido / EFE

Una foto de Sergio Busquets durante un partido / EFE

Palco

Busquets se hace fuerte frente a Bartomeu

Su suplencia evidenció que no tiene recambio y la remontada del equipo afianzó todavía más la necesidad de un mediocentro de contención que libere a sus compañeros

17 septiembre, 2018 11:43

Sergio Busquets es insustituible. Cuando se retire será otro de los centrocampistas irremplazables en el Barça, tal y como lo fueron Xavi o Andrés Iniesta. Es el único mediocentro que entiende el ADN Barça con esa eficacia en una medular llena de 'peloteros'. Ni Rabiot, ni Arturo Vidal ni cualquier otro convierten el fútbol en algo tan sencillo y efectivo. Mantiene la posesión, libera de tareas defensivas a sus compañeros, recupera y genera juego. ¿Qué más se puede pedir?

Valverde le dejó en el banquillo frente a la Real Sociedad después de el parón de selecciones, pero tuvo que recular en la segunda parte. Con el equipo por debajo del marcador frente a un equipo con el que siempre tiene problemas --pese a las dos últimas victorias desde que el 'Txingurri dirige al Barça-- Busquets salió a dar aire a la medular junto a Coutinho, otro que evidenció su adaptación como interior izquierdo. 

La renovación, cuestión de Estado

Mucho se ha hablado sobre la renovación del '5' azulgrana. Pese a que Busquets ya ha llegado a la treintena, el Barça necesita al centrocampista los años que le quedan de fútbol. La renovación es un tema primordial en el Camp Nou, pero se alarga. Algo que juega en contra de la junta. Cuanto más esperan, más se reivindica el jugador y más de revaloriza su salario. 

Busquets es el equilibrio perfecto, el organizador del juego desde atrás y el enlace entre la línea defensiva y ofensiva del equipo. Con Rakitic, Rafinha y Sergi Roberto, el equipo notó la falta de fuerza en la medular, especialmente el croata, que se vio solo ante el peligro. Semedo se fue camino del banquillo, Roberto volvió a la defensa para dejar a Coutinho en el medio y Busquets salió para liderar una remontada que se gestó en ocho minutos desde su entrada al terreno de juego. 

Su liderazgo es claro. Activó al equipo con su entrada en escena. Ante partidos así, los titulares no pueden ser suplentes. Valverde quiso priorizar el encuentro frente al PSV de este martes, y pese a que se remontó, el pleno en el inicio de Liga peligró. Una vez el equipo revertió la situación, volvió a sufrir, pero con criterio, un sufrimiento que Ter Stegen apagó con otro recital. 

Segundo escalafón salarial

A este nivel no es de extrañar que el jugador quiera reinvindicar su posición fuera del terreno de juego. El líder es Leo Messi, de eso no hay duda, pero Busquets quiere ver un gesto del club ante su compromiso, rendimiento y veteranía. Ahora, es el segundo capitán y una pieza indispensable para el equilibrio del juego azulgrana. 

Las promesas deben cumplirse y sus pretensiones son claras. Entrar en el segundo escalafón salarial del equipo, solo por detrás de Messi. A la misma altura que Luis Suárez y por encima de Piqué. Los galones le acompañan, y actuaciones como las de Anoeta del sábado también. Su función en la medular no tiene precio. Sabe donde está el tope que puede exigir, pero Bartomeu no debería enfadar a un jugador que está agusto en la casa. Cada minuto que pasa juega en contra de la Junta directiva. La lista de espera de renovaciones es larga, pero Busquets es el primero de la cola y deben tratarlo como tal.