Una foto de una Asamblea de Compromisarios del FC Barcelona / FCB

Una foto de una Asamblea de Compromisarios del FC Barcelona / FCB

Palco

El futuro del modelo Barça se pone a debate

El club catalán es uno de los pocos que se mantienen como propiedad de los socios, una etiqueta que plantea y supone algunos retos para la entidad

14 junio, 2019 01:11

El Barça es “una anomalía”. Así empezaba Josep Maria Bartomeu su discurso en la sexta edición de los Diálogos Académicos Ernest Lluch sobre economía y fútbol que se celebró este miércoles en el Auditori 1899 del Camp Nou.

Una anomalía que solo comparten cuatro clubs en España – Real Madrid, Osasuna y Athletic Club—qu  tras la aprobación de la ley del deporte obligó a todos los clubs deudores a convertirse en Sociedad Anónima Deportiva. Y esa anomalía que representa al Barça y que le mantiene en propiedad de sus más de 144.000 socios y socias supone y plantea grandes incógnitas para el futuro, especialmente en el ámbito económico.

En la actual junta directiva, liderada por Bartomeu, todos son conscientes de los retos del futuro. Mantener la hegemonía en España y recuperar el reinado de Europa con la Champions son las principales obligaciones a nivel deportivo, pero también hay obligaciones en el ámbito económico que, irremediablemente, van de la mano con los éxitos en el verde.

“Somos un club democrático, en el que el socio asume sus decisiones. Somos uno modelo unico en un entorno muy complejo y adverso, tanto en la gestión deportiva, económica como social” continuó el presidente y añadió: “No es lo mismo que la propiedad recaiga en los socios que sea propiedad de una gran corporación, una gran fortuna o un club estado. Sus intereses van más allá del deporte”.

Algo que le permitió reclamar a la UEFA y la FIFA que se cumplan las leyes “para garantizar que todos juguemos en las mismas condiciones económicas”.

El futuro, incierto

El Barça es, hoy por hoy, el club que más factura del mundo así como el que mejor paga a sus jugadores. Una situación difícil de mantener si no se generan los ingresos suficientes. Algo por lo que se “debe ser creativo y ambicioso”, pero que plantea dudas entorno al futuro.

En la mesa de debate, tras la presentación del presidente azulgrana, se expusieron la diferencias entre clubs como el Barça o el Real Madrid y otras grandes fortunas que ya gozan de tota libertad de decisión. Ambas entidades son dos de los clubs más grandes del mundo, pero tienen una economía emergente más allá de sus posibilidades actuales. El modelo actual llega, pero la cuestión es: ¿Cuándo se convierten en super clubs cómo van a llegar a alcanzar los presupuestos y las expectativas manteniendo el modelo?

Una foto de Joseo Maria Bartomeu durante la VI edición de los Diálogos Ernest Lluch de economía y fútbol / FCB

Una foto de Joseo Maria Bartomeu durante la VI edición de los Diálogos Ernest Lluch de economía y fútbol / FCB

Una foto de Joseo Maria Bartomeu durante la VI edición de los Diálogos Ernest Lluch de economía y fútbol / FCB

Uno de los condicionantes son los ingresos que provienen de los patrocinadores. Un ingreso que obligó al Barça a ‘manchar’ su camiseta años atrás. Asimismo, el activo que suponen sus jugadores –siempre grandes estrellas- es otro de los grandes atractivos variables para atraer a las empresas que, según los expertos, consideran que son una de las principales atracciones económicas de las grandes corporaciones para invertir en los clubs.

Mejora del mercado

Otro factor importante son los ingresos por la actividad deportiva. De ahí proceden todos los ingresos del Barça, pero por ejemplo la comercialización de los derechos de la Premier League supera con creces los de la Liga.

Un aspecto que debe mejorar la competición española así como su reparto entre los clubs si se quiere mejorar la competitividad del campeonato. Otro aspecto a tener en cuenta es la propiedad de los clubs. De la liga inglesa de los seis primeros clasificados solo uno pertenece a un propietario inglés, pero todos son privados. Algo que facilita la toma decisiones en clave de futuro y que consideran que: “Con empresas privadas se llega a acuerdos más fácilmente, porque tienen intereses claros. En cambio en el Barça cuesta más llegar a un consenso que guste a todos los socios”.

Algo que les permite decidir en clave económica y posteriormente deportiva. No se deben a los fans, y tan solo compiten, además de tener más founding. Un escenario que les coloca en evidente ventaja que clubs como el Barça deben y deberán hacer frente en una industria que va a la alza. Uno de los aspectos a tener en cuenta para competir con estos clubs que tienen detrás grandes corporaciones o fortunas son los valores. El dinero no lo es todo en el fútbol, pero las difrencias entre clubs ricos y pobres radica en una diferencia: la historia.

El Barça mantiene la etiqueta de club histórico y eso le permite tener atmosferas muy favorables para hacer negocio. Algo que también acompaña la repercusión social, mediática así como los reclamos sociales como el estadio o el estilo de juego. 

Globalización

Mientras la estructura de un club de socios se mantiene, también es evidente que la globalización juega un papel importante para encontrar inversores y expandir la marca FC Barcelona.

Una expansión que aumenta también en nivel de seguidores en mercados como Asia o América –muy cotizados en los últimos tiempos y con un margen de mejora altísimo--  pero que todavía no se ha traducido en afiliación real.

La afición del Barça, en un partido de Liga en el Camp Nou / FCB

La afición del Barça, en un partido de Liga en el Camp Nou / FCB

Una foto de la afición del Barça en el Camp Nou / FCB

Hay infinidad de seguidores azulgranas por el mundo, pero muy pocos conocen la historia del club o a las grandes leyendas así como tampoco sus valores. Es un mercado más superficial que se debe mejorar. Dos cuestiones que en el club catalàn recaen una parte en la directiva y otra en los organismes que regulan el fútbol. Los expertos ven viable el modelo, pero su continuidad pasa por dos condicionants claros: explorar y fidelitzar mercados y la implementación y cumplimiento de las normas y leyes. Dos retos mayúsculos en un mundo que ya maneja el dinero, pero que no controla en su totalidad la directiva.