Laporta, presidente del Barça, en rueda de prensa / EFE

Laporta, presidente del Barça, en rueda de prensa / EFE

Palco

Los graves errores de Laporta que conducen al abismo

El presidente del FC Barcelona acumula una serie de decisiones que ponen al club en una tesitura muy delicada

9 agosto, 2021 23:13

Precipitados hacia el abismo. La llegada de Joan Laporta como nuevo presidente del FC Barcelona se antojaba muy feliz. Prometía aire fresco e ilusión en un momento muy complicado: el legado que le llegaba era difícil de gestionar. El optimismo que exhibía en marzo se ha venido abajo en los últimos meses. El presidente se las prometía muy felices y se erigía como el salvador de la entidad. Tiempo después, el mandatario culé ha dejado patente que todo no iba a ser igual de fácil que en su primera etapa. Vienen curvas. 

Con Messi en la memoria

La toma de decisiones en un club que se encuentra en crisis es una de las tareas más complicadas que un presidente puede tener. Sin embargo, son algunas de ellas las que han provocado que el Barça y su futuro estén un poco más lejos de encontrar la concordia. El tema capital, aunque ni mucho menos el único, es la gestión de la renovación fallida de Leo Messi.

Leo Messi en la comparecencia de su despedida del Barça / EFE

Leo Messi en la comparecencia de su despedida del Barça / EFE

Leo Messi en la comparecencia de su despedida del Barça / EFE

Su inscripción como jugador de la Liga ha sido una de las promesas electorales incumplidas de Laporta. De hecho, era la más importante. Pero no ha sido capaz de cumplir su palabra. El mes de agosto de 2021 será recordado como el periodo en el cual Leo Messi se ha marchado del Barça. Si se hubiese renovado al argentino antes del 30 de junio no habría habido problema alguno para inscribirlo como en el campeonato nacional. Se esperó demasiado y se dio al traste con su renovación porque tocaba inscribirlo como alta nueva, algo inviable a pesar de la rebaja salarial pactada del 50%. Una negociación fallida que marcará el devenir de la entidad de ahora en adelante.

El Barça Corporate

Otro tema que se ha gestionado de forma negligente es el Barça Corporate, que se presentaba como una vía de liquidez inmediata que hubiese ayudado a elevar el restrictivo límite salarial que ahora impone la LFP. A finales de octubre de 2020, la junta directiva de Josep Maria Bartomeu anunció la creación de este innovador proyecto cimentado en cuatro ramas de negocio: Barça StudiosBarça Licensing & MerchandisingBarça Innovation Hub y las Barça Academies. El plan del club era comercializar la mitad de estos derechos y obtener liquidez. El anterior presidente tenía intención de vender el 49% de esos derechos a un inversor conservando el 51% restante.

Los jugadores del Barça celebrando un tanto contra la Juventus / FC Barcelona

Los jugadores del Barça celebrando un tanto contra la Juventus / FC Barcelona

Los jugadores del Barça celebrando un tanto contra la Juventus / FC Barcelona

La venta de los derechos del Barça Corporate, proyecto joven del club, suponía una liquidez inmediata de entre 100 y 200 millones de euros. Esta inyección habría ayudado a equilibrar el balance de cuentas, que finalmente se dispara a 487 millones de pérdidas. Los números rojos del ejercicio iban a ser inevitables, pero se podría haber paliado el daño con acciones directas de este tipo. Sin embargo, con la entrada de Joan Laporta ese proyecto quedó en segundo plano. No veían claro el negocio en relación a una supuesta venta de activos del club en forma de derechos a explotar. Un arma menos a la que acudir. Un argumento más para ver reducido el límite salarial de la Liga. 

La Superliga y Florentino

El lanzamiento de la Superliga es uno de los temas más importantes en materia deportiva aunque, especialmente, en la económica. La creación del proyecto europeo tenía como objetivo una recaudación masiva de dinero para paliar la crisis de la pandemia. Actualmente está en standby, con los ingleses apartados y con solo Barça, Madrid y Juventus empeñados en rescatarlo. Esta poderosa apuesta guarda una estrecha relación con el acuerdo entre la Liga y el fondo CVC, que habría salvado en parte la economía del club con más liquidez inmediata.Algo que tampoco se va a producir.

Joan Laporta y Florentino Pérez, presidente de Barça y Real Madrid, en el palco del Camp Nou | EFE

Joan Laporta y Florentino Pérez, presidente de Barça y Real Madrid, en el palco del Camp Nou | EFE

Joan Laporta y Florentino Pérez, presidente de Barça y Real Madrid, en el palco del Camp Nou / EFE

He aquí la importancia de la toma de decisiones. Laporta en un principio estaba de acuerdo con el acuerdo Liga-CVC, así lo dijo el propio Javier Tebas. Sin embargo, más tarde rectificó porque pensaba que sería un asunto perjudicial para el proyecto de la Superliga, bajo la atenta mirada de Florentino Pérez, el gurú al que Jan no osa llevar la contraria. El mandatario merengue estaba muy encima de Laporta, muy presionado por el pacto entre clubes. Esa fue la razón de la marcha atrás del presidente blaugrana, impidiendo otra posible inyección de dinero inmediato (240 millones) que habría beneficiado al Barça.

Dirección improvisada

Desde que ganó en el mes de marzo las elecciones a la presidencia del Barça, Laporta no ha hecho los deberes. Se ha cargado secciones que funcionaban a la perfección, ha mantenido a un entrenador que no le convencía y ha entregado una carta de despido ficticia al jugador más grande de la historia del Barça. El mismo que Bartomeu se empeñó en retener a pesar del elevado traspaso que podría haber obtenido el club y de los feos en público que sufrió. Laporta y sus ejecutivos tampoco se han informado adecuadamente del funcionamiento de la normativa de la Liga para gestionar asuntos importantes y ha tardado demasiado en actuar.

Llegó improvisando con los avales a pesar del aplazamiento electoral por casi dos meses, sufrió e impulsó cambios repentinos de directivos a última hora, y demostró no tener fichajes planeados ya que se ha dedicado a contratar a los mismos futbolistas que estaban en el radar de Bartomeu (con la excepción del ya lesionado Agüero, el fichaje que supuestamente debía convencer a Messi de seguir), con el mismo entrenador (Ronald Koeman) y el mismo secretario técnico (Ramon Planes). La marcha de Leo Messi es la confirmación en mayúsculas de esa inercia peligrosa que ha tomado el club y que deja en tela de juicio la palabra de su presidente. El futuro inmediato se presenta muy negro para la entidad.