Joan Laporta y la representación directiva del Barça en Madrid / EFE

Joan Laporta y la representación directiva del Barça en Madrid / EFE

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La junta de Laporta, obligada por ley a avalar 277 millones de euros

La nueva directiva se enfrenta a una tesitura muy delicada entre la acción de responsabilidad o la conversión en SAD

6 octubre, 2021 02:49

Coyuntura complicada, la que afronta la junta de Joan Laporta. La conocida y errática herencia que le dejó Josep María Bartomeu no auguraba una gestión fácil para el nuevo presidente. Sin embargo, las decisiones que se han tomado en estos siete meses de mandato han servido para situar al FC Barcelona en una situación todavía más delicada. Este miércoles, el CEO Ferrán Reverter dará cuenta de cómo está el club y explicará exactamente lo que se encontraron cuando llegaron. También deberá explicar cómo la junta directiva pretende afrontar el próximo aval, que debería ascender a los 277,6 millones de euros.

La cifra genera escalofríos, pero es la resultante de aplicar la ley de sociedades anónimas deportivas. La disposición adicional tercera del Real Decreto 1251/1999 expone que la junta directiva deberá avalar el 15% del presupuesto de gastos más las pérdidas acumuladas de años anteriores, en el caso de haberlas. En este caso, las pérdidas son de 481 millones y el 15% del presupuesto de gastos (784) asciende a 117,6 millones.

El aval que tocaría sin Covid: casi 600 millones 

La suma de estas dos cuantías da como resultado 598,6 millones de euros. Sin embargo, Laporta y los suyos cuentan con la complicidad de la legislación actual para evitar tener que avalar un montante tan elevado. Para su fortuna, hace más de un año el CSD impulsó un Real Decreto que exime a los clubes deportivos que no son sociedad anónima –Barça, Madrid, Athletic y Osasuna– de tener que avalar con el patrimonio de los directivos las pérdidas generadas a consecuencia de la pandemia mientras duren los efectos de la misma.

Esto quiere decir que si el CSD considera que las pérdidas generadas por los clubes son a consecuencia de la pandemia, los directivos estarán exentos de responder de ellas con su patrimonio. Pero si las auditorías revelan que hay pérdidas que no son debidas a la incidencia del virus, sino a la administración de la junta, entonces no quedarán exentos. Y si se tiene en cuenta que de los 1.136 millones de gastos que cerró la junta de Laporta a 30 de junio había 160 millones relativos a la depreciación de jugadores, según ha reconocido el propio CEO del club, parece obvio que ese dinero debería sumarse al aval, ya que nunca puede ser considerado un gasto derivado del coronavirus.

Gastos presupuestados del Barça para la temporada 2021-22 / FC Barcelona

Gastos presupuestados del Barça para la temporada 2021-22 / FC Barcelona

La suma de los 117,6 millones relativos al 15% del presupuesto más los 160 millones de devaluación de jugadores dan como resultado esos 277,6 millones que deberían avalar los nuevos directivos. También son polémicos los 90 millones que se sumaron a la partida de gastos en concepto de provisiones judiciales, que en caso de que un juez entendiese que tampoco deben ser considerados pérdidas a consecuencia de la pandemia, podrían incrementar la cifra a avalar hasta los 367,6 millones. Pero en este caso se puede entender que es discutible, por mucho que haya sido una argucia contable para generar beneficios inmediatos con la resolución del litigio con Neymar.

Pendientes de la exención Covid

Todo hace pensar que la junta de Laporta infló tanto los gastos, y consecuentemente las pérdidas, siendo consciente de que la exención del CSD los liberaría de responder de ellos con el aval. Pero la citada exención deja claro que se debe acreditar que las pérdidas han sido originadas por el Covid, cosa que no interfiere en nada en esa devaluación de futbolistas. Por tanto, ello obligaría a los directivos a presentar un aval de 277,6 millones que, de no existir la exención Covid, ascendería a los 598,6 millones de euros.

La fórmula que estudia la directiva para evitar prestar un aval tan elevado pasa por activar una acción de responsabilidad contra la anterior junta directiva. Si tratan de demostrar que esas pérdidas infladas fueron culpa de Bartomeu y compañía, podrían librarse temporalmente de avalar una cifra superior a los 117,6 millones. En caso de que el club no encuentre la forma de revertir estas pérdidas, la situación puede ser mucho más delicada: el club se podría ver abocado a la conversión en sociedad anónima deportiva (SAD).