El castigo a Malcom desata las sospechas en el Barça

Arranca la temporada con muchas suspicacias en el Camp Nou. Al bache de resultados que sufrió el equipo durante la 'semana trágica' de Ernesto Valverde –oportunamente superada en Wembley– se suma un nuevo expediente X.

Malcom no está contando para el técnico. Llegó a precio de ganga, tal y como está el mercado, con el objetivo de generar competencia a Dembelé en el ataque azulgrana.

Los 41 millones de euros que costó fueron gustosamente pagados por el Barça a petición de Eric Abidal, artífice de unas negociaciones que se cerraron sobre la bocina para malmeter a la Roma. La cifra sonaba bien siendo la mitad de la tasación que el Chelsea daba por Willian, a sus 30 años.

Pero Valverde quería a Willian ya que no le habían podido traer finalmente a Griezmann. Y, claro, pasar del líder de la selección francesa a la estrella del Girondins de Burdeos no debe ser plato de buen gusto ni para el entrenador más complaciente del mundo.

Malcom, por detrás de Peña y Miranda

¿Pero es eso motivo para tenerlo castigado sin asistir ni a las convocatorias durante dos partidos seguidos? Hay algo que chirría en el entorno del Barça.

Malcom posa con la camiseta del Barça patrocinada por Rakuten / FCB

Malcom posa con la camiseta del Barça patrocinada por Rakuten / FCB

Fuentes consultadas por Culemanía insinúan que detrás del 'castigo' de Valverde a Malcom –fue prácticamente el único jugador que no se desplazó con el equipo a Londres, donde sí asistieron jugadores del filial que luego se quedaron en la grada– se esconde algo más.

Valverde se llevó a 20 jugadores a Wembley, incluidos Juan Miranda e Iñaki Peña, aunque el áximo de jugadores para un partido son 18. Y Malcom no estaba en esa lista.

Las teorías apuntan a una posible técnica del Txingurri para mostrar su descontento con la junta directiva. El distanciamiento se ha hecho cada vez más evidente pese a las buenas palabras que el técnico tiene en público: “Sí, me siento protegido por el club”.

El resquemor de Valverde con la junta

Sin embargo, son ya muchas las decisiones que no le han gustado desde que llegó. Una de las que más le molestó fue el despido de Robert Fernández por obra y gracia de Pep Segura. Aunque la mayoría de culés coincidirán en que su trabajo no era brillante, el ex jugador de Barça y Valencia mantenía un gran feeling con Valverde.

A la no renovación de Robert se sumaba el palo de Griezmann al decidir seguir en el Atlético y, poco después, este enturbiado fichaje de Malcom. El técnico dejó muy claro que ni lo había pedido, ni sabía quién era la primera vez que le preguntaron sobre el asunto.

La Biblia, el mejor aliado

Hay otras teorías, sin embargo, que apuntan a una falta de respeto o comportamiento inadecuado por parte del crack brasileño. Aunque sorprende, visto el perfil tranquilo que desprende desde que llegó a Barcelona: el delantero ha publicado incluso fragmentos de la Biblia en su cuenta de Instagram para reflejar el sufrimiento por sus ausencias en las listas de Valverde.

En esa hipótesis del castigo merecido se encuadra, por ejemplo, el siempre influyente Josep Maria Minguella, ex agente de futbolistas y ex candidato a la presidencia del Barça en 2003.

Minguella no entiende nada

Esto dijo en los micrófonos de Catalunya Ràdio: “Lo de Malcom me parece muy mal, salvo que haya habido una incidencia por parte del jugador, una cosa de poca disciplina o algo así. Un jugador que juega 19 minutos a Butarque, tres días después lo llevas concentrado y cinco días después de Butarque viajan todos a Wembley menos él...”.

Atentos a la lista para Valencia

“¿Cuántos no se vistieron de jugador en Wembley? ¿Qué costaba traer a Malcom y tenerlo al lado de Miranda? Suena a castigo”, sentencia el ex representante de jugadores.

Una cosa parece clara, el expediente Malcom sigue abierto. Habrá que prestar especial atención a la lista contra el Valencia.