Dembelé, de espaldas, como personaje de un videojuego / FOTOMONTAJE DE CULEMANÍA

Dembelé, de espaldas, como personaje de un videojuego / FOTOMONTAJE DE CULEMANÍA

Primer equipo

Dembelé tiene una obsesión que le pone en riesgo en Barcelona

El extremo galo del Barça es incapaz de centrarse y sigue olvidando lo verdaderamente importante

16 noviembre, 2018 18:36

Ousmane Dembelé tiene un problema. Un asunto más serio de lo que parece. El delantero del FC Barcelona está obsesionado con los videojuegos. Al parecer, este pudo ser el motivo por el que se ausentó del entrenamiento que le costó la suplencia contra el Real Betis.  

El joven francés estuvo jugando hasta altas horas de la madrugada con sus amigos y al día siguiente no fue capaz de despertarse, según publica el diario As. Cuando el club consiguió localizarlo, Ousmane entró en estado de nervios al ser consciente de su error, y alegó tener gastroenteritis.

Se agota la paciencia con Dembelé

Compañeros y cuerpo técnico están empezando a perder la confianza en él. Al principio le veían como al típico amigo despistado, que no se entera de la mitad de las cosas que pasan a su alrededor pero que no tiene maldad. Así es el galo, pero en el Barça ya están hartos de esto: en la élite no se pueden permitir estos fallos durante un tiempo tan prolongado.

Ousmane Dembelé en un entrenamiento del Barça / EFE

Ousmane Dembelé en un entrenamiento del Barça / EFE

Ousmane Dembelé en un entrenamiento del Barça. / EFE

Parece que esté más preocupado de acumular kills en el Fortnite –juego que dio lugar a la famosa celebración de su amigo Antoine Griezmann– o de meter goles en el FIFA que de cumplir en la vida real. Esto es totalmente intolerable para alguien de su nivel y que, no lo olvidemos, cobra 12 millones de euros por temporada.

Potencial desaprovechado

Hace apenas un año que los expertos en fútbol mundial albergaban las mismas esperanzas en Kylian Mbappé y Dembelé. De hecho, France Football, la revista con más renombre de este deporte, publicaba una lista de jóvenes prodigios en la que ambos eran destacados.

En esta amalgama de nombres aparecían los ya citados Ousmane y Kylian, acompañados en el top 5 por Leroy Sané, Dele Alli y Gabriel Jesús. A algunos les sorprenderá, pero el número uno de la lista era el extremo del Barça.

Dembelé sigue en la adolescencia

El problema del Mosquito está claro, sigue siendo un niño y no se da cuenta de lo que se juega. Su talento es descomunal, podría llegar a ser un jugador de calibre histórico, marcar una época. No son pocas las voces que hace poco le veían como futuro Balón de oro.

Su afición por los videojuegos no debería ser un problema, pero que su vida gire alrededor de estos sí. Cuando el ocio está por encima del trabajo, el rendimiento laboral se acaba resintiendo.

Buen chico, malos hábitos

Dembelé no es un mal muchacho, de hecho, parece demasiado inocente para darse cuenta de los errores que comete. Ello ha llevado a que lo comparen incluso con Steve Urkel. Pero tanto él como el Barça se juegan demasiado. Debe cambiar de hábitos, y si no es capaz de hacerlo por sí mismo, alguien debería tomar las riendas de su vida hasta que aprenda.

Imagen de archivo de Dembelé en un partido del Barça. / EFE

Imagen de archivo de Dembelé en un partido del Barça. / EFE

Imagen de archivo de Dembelé en un partido del Barça. / EFE

El internacional con la selección de Francia, campeón del Mundial este 2018, tiene una tropa de amigos en casa que a lo único que se dedican es a jugar a la PS4 y que no son lo suficientemente sensatos como para ayudarle a cumplir con sus horarios. Este es un problema grave y que requiere medidas inmediatas.

La solución que todos esperan

Ya hay voces que piden que su madre vuelva a vivir con él y eche a sus “amigotes” del recinto con tal de que Ousmane se centre. Puede sonar como algo ridículo, pero si el galo no se comporta como un adulto, es hora de que alguien le ponga en vereda y nadie mejor que su progenitora.

No sería la primera vez que la matriarca pone a su hijo en su sitio. Cuando estaba en el Borussia Dortmund ya daba muestras de pasotismo, dejando el domicilio donde residía, propiedad de Jurgen Klopp, hecho un auténtico desastre.

Ayer la prensa alemana aseveró que la bronca que la madre le echó al ver el estado de la vivienda fue antológica. Otra opción es que su agente, Moussa Sissoko, viaje más a menudo a Barcelona o se instale para estar pendiente de su estrella.  Esperemos que no sea demasiado tarde.